Los inversores dieron un nuevo empujón al Ibex, que se iba a máximos de dos años y medio al cerrar con 10.178,70 puntos. En el día saltó un 2,93%, su mejor balance desde julio de 2013. En el resto de Europa la euforia no existía, si bien todos los índices terminaban en verde. París y Fráncfort ganaban un 0,83%, respectivamente, mientras que Londres mejoraba un 0,37%. La furibunda reacción del Ibex se explicaba con el tirón de los bancos. Además, el mercado de deuda ayudaba a asumir riesgos, ya que la prima de riesgo se acomodaba en el entorno de los 190 puntos y la rentabilidad del bono caía al 3,8%. Este buen momento hizo que los inversores ignoraran la grave situación de Grecia, otra vez metida en un callejón sin salida ante la imposibilidad de pagar los préstamos y la negativa a aceptar más quitas por parte del director del fondo de rescate. Sin embargo, esta enésima crisis pasaba completamente desapercibida y los inversores desataban un vendaval de compras en el Ibex que abarcó al conjunto de los sectores. Por valores, los bancos fueron los grandes vencedores. Caixabank saltó un 7,18%, Popular, un 6,60%, BBVA, un 5,70%, Bankia, un 4,44%, Sabadell, un 4,28%, y Santander, un 3,78%. También despuntaba Sacyr (+4,72%), que parece estar a punto de cerrar la disputa por el sobrecoste de las obras del Canal de Panamá. Solo Amadeus (-1,17%) se apartó de la fiesta alcista. En París, las entidades financieras lideraban también las ganancias. Crédit Agricole sumó un 6,08%, Société Générale, un 4,03%, y BNP Paribas, un 2,87%. Las acciones de Solvay (-3,33%) registraron la mayor caída.