EDITORIALA
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Madrid quiere levantar un dique en el océano

La petición de la Fiscalía de la Audiencia Nacional de que se prohíba la movilización de mañana en favor de los derechos de los presos responde a una doble constatación: por un lado, que la convocatoria de Tantaz Tanta tiene trazas de romper todos los registros existentes en la historia reciente de este país, y por otro, que la imagen que pueden ofrecer las repletas calles de Bilbo preocupa mucho al Gobierno español, sobre todo su proyección internacional. El escrito del Ministerio Público refuta a quienes sostienen que iniciativas de este tipo, por muy multitudinarias que sean, no consiguen erosionar al Estado. Sí que lo hacen, pues permiten visualizar una demanda mayoritaria y cada vez más compartida de la sociedad vasca, y desmontan discursos erigidos sobre mentiras oficiales.

La demanda del fiscal, en realidad un «corta y pega» de un informe de la Guardia Civil, constituye un escándalo que sería superlativo si el juez Pablo Ruz le hiciera caso. Después de la operación contra la interlocución del Colectivo de Presos Políticos Vascos, hubo quien desde Madrid escribió -alertó- que las detenciones iban a dar un impulso a la movilización; no hacía falta tal empujón, pero por si acaso la autoridad competente va a intentar que no se lleve a cabo. Es lo que tiene la democracia con denominación de origen española, la misma que permite el registro del despacho de un senador por hallarse cerca del de una persona detenida.

El Estado español pretende levantar un dique en medio del océano. La ciudadanía no va a dejar de salir a la calle para exigir que se respeten los derechos de las personas presas; de hecho, no hay día en que no lo haga, y esa exigencia volverá a tener carácter masivo. Ocurre además que ante ataques como los sufridos esta semana este tipo de movilizaciones suman a su objetivo inicial uno añadido, resguardar la posibilidad de que este pueblo alcance un nuevo escenario. Pinchan en hueso los saboteadores, las calles vascas pertenecen a quienes desean paz y democracia para Euskal Herria.