TVE no renueva el contrato con la productora de Eduard Punset, por lo que desaparece su espacio emblemático, «Redes». La verdad es que en los últimos meses se ha ido desinflando el programa, sus última temporadas han sido bastante flojas, probablemente debido a la falta de presupuesto y porque no se ha renovado el formato, se ha emitido de manera muy irregular, y además, las contaminaciones publicitarias del propio Punset no han ayudado a darle una continuidad adecuada, porque es un formato que se basaba primordialmente en la confianza que podía transmitir Punset con sus largas introducciones, con sus preguntas tesis, su traducción a sí mismo y con todo el contexto con el que se rodeaba la puesta en escena para hablar de algunos asuntos que eran de una entidad bastante mayor que lo que transmitía el propio programa. Es decir, por un lado se entiende que se pueda plantear la suspensión de su emisión, que se manifieste una falta de tensión, un cansancio, un agotamiento del propio formato, cosas que suceden siempre con programas de tan larga duración y tan característicos, pero por otro nos volvemos a dar de fauces con un deterioro constante de la programación de La 2, de todo TVE, de la falta de criterios con la que se está manteniendo en mínimos este canal que podría ser tan importante. Y lo cierto es que a veces uno se encuentra con algunos programas que intentan acercarse a nuevos públicos, que se utilizan lenguajes, al menos formales, para interesar a los jóvenes, pero como no tienen unos contenidos con fuste, no hay una estrategia general, ni un plan de comunicación todo se va desinflando, en muchas ocasiones antes de haberse hinchado del todo.

Por unas razones u otras, por problemas contractuales, por falta de un diseño programático suficientemente claro y defendido por sus responsables, lo cierto es que La 2 languidece, que programas emblemáticos van desapareciendo y que cada vez se empobrece más la programación televisiva. Cuando parece que en la ficción se intenta buscar estándares de cine en las series, en general, lo que tenemos a nuestro alcance en abierto baja de calidad y de interés. Un embrutecimiento para las clases populares.