Alvaro HILARIO BILBO

«El lugar que ya no está» narra la represión franquista en Burgos

Tres años y medio de trabajo ha necesitado este documental -producido por El Centro de Creación Espacio Tangente, de Burgos, y dirigido por Álvaro Alonso de Armiño y Marta Báscones- que habla del genocidio, fríamente calculado, con que el franquismo asoló la provincia de Burgos. Hoy, a las 19.30, se proyectará en el centro cívico de La Bolsa (Siete Calles, Bilbo).

«El lugar que ya no está» es un itinerario documental a través de los testimonios de las víctimas de la represión franquista en la provincia de Burgos, retaguardia del «frente nacional», y de las aportaciones de las asociaciones y personas que trabajan hoy en ese mismo escenario en la recuperación de la memoria histórica. El documental es el resultado de tres años de acompañamiento de los procesos de localización, exhumación y dignificación de fosas repartidas por todo el territorio burgalés, además de la recopilación de testimonios directos de algunos expresos políticos encarcelados en las prisiones diseminadas por la capital y la provincia de Burgos.

La película está realizada y producida por Espacio Tangente, un centro autogestionado de creación popular de la ciudad de Burgos. Ha sido, en concreto, realizada por cuatro personas que se han hecho cargo de la filmación, el guión y la dirección. Además han participado otros socios de Espacio Tangente en labores como componer la música, la edición gráfica o la masterización del audio.

Esta tarde, a las 19.30, será proyectado en el centro cívico de La Bolsa, en las Siete Calles de Bilbo. Finalizada la proyección se desarrollará un coloquio que contará con la presencia de los realizadores.

Uno de los codirectores, Álvaro Alonso de Armiño, ha conversado con GARA en torno al documental.

Retaguardia ensangrentada

A fines de 2012, después de infinidad de viajes a lo largo y ancho de toda la provincia de Burgos, contando en ese momento con más de 80 horas de grabación, el equipo encabezado por Marta Bascones y Álvaro Alonso de Armiño decidió dar por finalizado el mismo, aunque, como señala Álvaro, «continuamos filmando, porque siguen exhumándose fosas y seguimos recogiendo testimonios de lo que fue la represión franquista en la provincia de Burgos», motivo por el que en la actualidad poseen cerca de 100 horas de filmación.

Al igual que en el caso de Nafarroa, tratado por Miguel Sánchez-Ostiz en su brillante trabajo «El Escarmiento» (Pamiela, 2013), en Burgos no se puede hablar de guerra sino de brutal represión en la retaguardia, ya que, tanto en estos lugares, al igual que en La Rioja o Araba, el golpe de estado fascista tuvo éxito.

«Lo que nos llevó a hacer este documental -dice Álvaro- fue la relación que, desde hacía ya un tiempo, establecimos con La Coordinadora por la Recuperación de la Memoria Histórica, ya que sus miembros se reúnen en Espacio Tangente. Aunque, más o menos, conocíamos lo que había sido la represión en Burgos, fue de la mano de la Coordinadora cuando empezamos a profundizar en el tema».

Así, comenzaron a descubrir una realidad más dura de lo que nunca hubiesen podido imaginar: «Lo que nos ha asombrado en estos tres años y medio ha sido la brutalidad con la que se emplearon y la magnitud del genocidio realizado. Este se dio, en primer lugar, en las zonas que adhirieron al golpe de estado: fue un genocidio muy bien diseñado, con la finalidad de servir de escarmiento a las zonas que caerían más adelante, donde llevaron a cabo una limpieza política en las zonas donde quedaba algo de resistencia».

Asesinados por pensar

Del mismo modo que la represión desatada por carlistas, falangistas y militares en Nafarroa dejó episodios señalados por su ferocidad, Burgos también tiene algunos a destacar: «Hay dos casos bastante brutales: uno, la fosa del Monte Estepar, aún sin exhumar porque no se sabe la cantidad de personas que puede haber ahí; se conocen 500 nombres, pero puede que haya hasta 5.000 personas, casi todas ellas procedentes de las sacas efectuadas en la cárcel de Burgos y en los pueblos de alrededor, de la zona de Villadiego. En este caso, la Iglesia estuvo muy implicada: fueron miembros de la Iglesia los que señalaron a quiénes había que asesinar en esa zona. El otro caso es el de la cárcel de Burgos: allí fueron a parar intelectuales, gente que tenía una forma de pensar diferente, impregnada por ideales de solidaridad, algo quizás no muy habitual en aquella época en nuestra ciudad; son gente que fue, simplemente, asesinada por pensar».

Álvaro, sin embargo, recuerda un tercer episodio digno de ser resaltado también: «Una de las cárceles más terribles del franquismo fue el penal de Valdenoceda, relativamente cerca de Euskadi, donde fueron a parar presos políticos de todo el Estado. Allí, básicamente, no se les mató directamente, pero fueron más de 180 personas las que dejaron morir de hambre, frío y enfermedad... La represión, los testimonios que hemos podido recoger en toda la provincia, son a cada cuál más terrible».

El documental tiene como fuente principal el testimonio de testigos directos, de supervivientes, aún con vida: «La lástima es que muchos de ellos son mayores o han muerto; de hecho, en el último año, han muerto cuatro de las personas -cercanas a los 100 años, ejemplos de lucha antifascista-. Tuvimos la suerte de poder reunir esos valiosos testimonios. Hay que tener en cuenta que cada vez queda menos gente, lo cual da al documental un carácter de urgencia mayor».

Genocidio político

Todos los protagonistas del documental tienen una opinión muy negativa sobre la Ley de Memoria Histórica. Álvaro cuenta que «les parece insuficiente, pacata y que hace flaco favor a a la hora de releer esta página de la historia aún desconocida. Entre ellos se cuentan los forenses y otros miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi -ellos son los expertos en la exhumación de fosas-, los familiares o miembros de diferentes colectivos. Todos criticaban esta ley que, si ya en su origen era débil, hoy tiene una función inexistente, porque poco o nada de lo que dice se está cumpliendo».

Para la gente de Espacio Tangente este documental ha servido para dejarles claros muchos aspectos, históricos y políticos, que no tenían muy claros antes de comenzar: «Son muchas las ocasiones en que habíamos escuchado que los asesinatos en la retaguardia se debían a envidias y rencillas personales, y eso es falso: lo que queda constatado es que hubo un genocidio político fríamente calculado, que realmente no se lee en esta página de la Historia porque nuestros gobernantes son los herederos de aquellos ideales y no quieren que lo sucedido salga a la luz. La fosa de Monte Estepar es una de las fosas de la vergüenza de esta ciudad, porque puede llegar a doler a los poderes fácticos de la ciudad de Burgos. Además, sobre todo, hemos constatado que todavía hay miedo y silencio en los pueblos de nuestra tierra, que hay gente que no quiere hablar de ellos, que hay gente que se ha ido a la tumba sin hablar por miedo a lo que le pudiera pasar a sus familiares. Ese miedo atávico aún existe en nuestros pueblos y, mientras no se lea esta página, es posible que aquellos episodios puedan llegar a repetirse», nos confía el codirector del documental.

Una de las finalidades de «El lugar que ya no está» es, obvio, contribuir al proceso de recuperación de la memoria histórica, tarea donde se ubican las proyecciones -como la de hoy en Bilbo- que pretenden extender por el resto del continente, empezando por Gran Bretaña.

Para ello, como primer paso, han traducido y subtitulado la película en inglés. Los realizadores tienen en mente presentarla en diferentes ciudades de Inglaterra y en el Festival de Cine Documental de Sheffield que se celebrará entre el 7 y el 12 de junio de este año.

Espacio Tangente, reflejo del Burgos irredento

El Centro de Creación Contemporánea Espacio Tangente viene desarrollando sus actividades en la ciudad de Burgos desde julio de 2001 en un local cedido por el Ayuntamiento. Desde los principios de autogestión, independencia, transparencia y compromiso, el colectivo promotor inicial ha buscado un progresivo aumento de la participación pública, tanto en la gestión y organización como en la programación, para mantener un proyecto abierto y dinámico capaz de recoger, conectar y fomentar de manera eficaz las manifestaciones culturales de la ciudad.

Actualmente, Espacio Tangente cuenta con el apoyo de socios y un amplio equipo de colaboradores. Las actividades propuestas desde el Centro tratan de complementar la oferta cultural de Burgos, en especial en las áreas, estilos y disciplinas que, hasta ahora, no han sido atendidas.

También quiere servir de punto de información y encuentro con el arte actual a escala local, estatal e internacional, para lo cual están en contacto con diferentes colectivos y creadores. A.H.