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El régimen egipcio cree que la consulta ha legitimado el golpe contra Morsi

El «sí» obtuvo el 98,1% de los votos en el referéndum sobre la nueva Constitución en Egipto, donde las autoridades surgidas del golpe de Estado de julio invocaron ayer la tasa de participación del 38,6% para cantar victoria y considerar que este resultado legitima la destitución en julio del presidente islamista Mohamed Morsi. Medios locales creen que estos datos allanan el camino hacia la presidencia del hombre fuerte del país, el general Al-Sissi.

La nueva Constitución egipcia, elaborada por quienes en julio derrocaron al presidente legítimo, el islamista Mohamed Morsi, fue aprobada por el 98,1% de los votos emitidos en el referéndum celebrado los pasados martes y miércoles, en el que se registró una participación del 38,6%, lo que para el nuevo régimen egipcio supone un espaldarazo a su hoja de ruta y la legitimación del golpe de Estado que apartó a Morsi del poder y derivó en la ilegalización de los Hermanos Musulmanes, que habían ganado todas las elecciones desde la revuelta de 2011.

Los resultados oficiales dados a conocer ayer por la Comisión Electoral confirmaron la aplastante victoria del «sí», sobre la que había pocas dudas ante la llamada al boicot de los Hermanos Musulmanes y los casi inexistentes llamamientos al «no».

Los resultados fueron similares en la mayoría de las provincias en cuanto a los índices de apoyo, pero la participación fue más baja en feudos islamistas como Marsa Matruh (16%) o Qena (23%), mientras que en El Cairo rondó el 40%.

El primer ministro, Hazem Beblawi, afirmó que la aprobación de la nueva Constitución respalda «la aplicación de la hoja de ruta que pretende colocar a Egipto en la fila de los países avanzados y democráticos».

En parecidos términos, el portavoz de la Presidencia, Ehab Badawi, afirmó que »los egipcios han dado otro paso decisivo hacia la democracia» pese a «la agitación social y los actos de terrorismo que pretendían hacer descarrilar el proceso».

«Campaña viciada»

«El Gobierno egipcio claramente no comprende que un 98% de `síes' es la prueba de una campaña viciada», denunció por su parte Human Rights Watch.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, por su parte, acogió positivamente la aprobación de la nueva Constitución por referendo en Egipto, pero recordó que la democracia es algo más e instó al país a seguir trabajando hacia la democratización y contra la polarización, al tiempo que urgió al Gobierno interino a «aplicar en su totalidad los derechos y libertades que garantiza» la nueva Carta Magna.

Con una participación del 38,6%, mayor que en 32,9% registrado en el referéndum constitucional de 2012, esta consulta allanará el camino hacia la Presi- dencia al hombre fuerte del país, el viceprimer ministro y ministro de Defensa, general Abdel Fattah al-Sissi, que había vinculado su futuro a la participación.

Este referéndum «prueba que el 30 de junio hubo una revuelta popular», señaló exultante Salah al-Din Abdel Maqsoud, responsable del servicio de información del Gobierno, minutos antes del anuncio de los datos oficiales. Tres días después de las protestas que pedían la salida de Morsi, al que acusaban de querer islamizar por la fuerza a la sociedad egipcia, el general Al-Sissi las invocaba para derrocar y detener al único presidente democráticamente elegido en Egipto. A partir de entonces, el Gobierno establecido por el Ejército tras el golpe de Estado comenzó una represión implacable y sangrienta de sus parti- darios.

Tres días antes del referéndum, Al-Sissi dijo que se postularía a la Presidencia en 2014 «si la gente se lo pide», al tiempo que llamaba a votar masivamente. Así, la consulta tomó la forma de un plebiscito, ya que la mayoría reconoció no haber leído el texto constitucional que rebaja el tono islamista del anterior y que deja el nombramiento del ministro de Defensa en manos del Ejército en los próximos ocho años.

Ahora, según medios locales, todos los caminos conducen a Al-Sissi a la Presidencia, aunque nada apunta a una reconciliación en el país.

Diezmados por la represión, los Hermanos Musulmanes quieren continuar con las protestas y han convocado una gran manifestación el 25 de enero, cuando se cumple el tercer aniversario de la revuelta que alejó a Hosni Mubarak del poder. Los partidarios de Al-Sissi, alentados por el ministro de Interior en persona, han llamado a manifestarse, por lo que la situación puede ser explosiva.