La batalla campal en el centro de Kiev deja las primeras víctimas mortales

El asalto de la Policía a las barricadas levantadas por los manifestantes en el centro de Kiev derivó en una batalla campal durante la que al menos dos personas murieron por impactos de bala, aunque la oposición elevó la cifra a cinco víctimas mortales. Los líderes opositores que se reunieron con el presidente, Viktor Yanukovich, anunciaron que «pasarán a la ofensiva» si este no hace concesiones.

Los enfrentamientos entre manifestantes y la Policía en el centro de Kiev se transformaron ayer en una batalla campal que dejó las primeras víctimas mortales, en la jornada en que Ucrania festejaba el día de la unidad nacional. La oposición afirmó que murieron cinco personas y unas 300 resultaron heridas, mientras las autoridades señalaron que dos hombres fueron alcanzados por balas, aunque negaron que las Policía hubiera utilizado armas de fuego.

«Cuatro heridas de bala en la cabeza y en el cuello en uno de los muertos, eso no es legítima defensa sino disparos deliberados a ciudadanos pacíficos» denunciaron los partidos opositores en un comunicado. Yanukovich «ha dejado de ser presidente y se ha convertido en asesino», declaró, por su parte, la líder opositora encarcelada Yulia Timoshenko, en un mensaje enviado por sus seguidores.

Desde la mañana, la Policía, con las unidades antidisturbios Berkut, comenzó el asalto contra las barricadas levantadas en la calle Gruchevski, donde se encuentra la sede del Gobierno y el Parlamento.

A su vez, los manifestantes, equipados con cascos y escudos artesanales, lanzaron cócteles molotov y piedras que eran respondidas con balas de goma y granadas aturdidoras. Los que quedaban aislados o caían eran golpeados con porras o patadas por los policías.

Un vehículo blindado de transporte de tropas apareció en la calle y avanzó seguido de cientos de policías, entre restos de vehículos policiales quemados y el humo negro de los neumáticos incendiados por los manifestantes, que intentaban así formar una nueva barrera. Sin embargo, se vieron obligados a replegarse a la plaza central, ocupada por la protesta contra el gobierno desde hace más de dos meses. El primer ministro, Mykola Azarov, autorizó a la Policía a ignorar la prohibición habitual de usar cañones de agua por las bajas temperaturas. Ayer se situaban a menos de diez grados bajo cero.

Los choques con cócteles molotov, balas de goma y granadas aturdidoras no han cesado prácticamente desde el domingo y hasta el martes ya habían causado 200 heridos, según el Ministerio del Interior, aunque la oposición los eleva a 1.700.

La movilización -que reclama la firma del acuerdo de asociación con la UE que el Gobierno ha dejado en suspenso- aumentó con la adopción de leyes que endurecen las sanciones contra los manifestantes, y que entraron en vigor ayer.

Negociación sin resultados

El presidente, Viktor Yanukovich, se reunió durante tres horas con los líderes de la oposición Arseni Yatseniuk, Oleg Tiagnibok y Vitali Klitschko, sin que se alcanzara ninguna solución a la crisis. Tras el encuentro, Klitschko se sumó a los manifestantes en la plaza de la Independecia y advirtió de que la oposición pasará a la ofensiva hoy «si Yanukovich no hace concesiones», aunque indicó que las conversaciones con el presidente continuarían.

Por otra parte, la Fiscalía informó de que al menos 50 personas fueron secuestradas en las calles de Kiev, «golpeados brutalmente y llevados con rumbo desconocido» y precisó que «algunos de ellos están en los edificios del Ayuntamiento de Kiev y la Casa de Sindicatos (ocupados por la oposición)».

Más tarde, medios ucranianos informaron del hallazgo en un bosque de las afueras de Kiev del cadáver del opositor Yuri Verbitski, secuestrado en la madrugada del martes del hospital en el que fue ingresado tras sufrir heridas en las protestas.

La UE propone sanciones y Moscú pide no usar ese tono

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó ayer que la UE se encuentra «conmocionada» por los incidentes de ayer en Ucrania y que Bruselas evalúa «posibles medidas» con «consecuencias» para las relaciones bilaterales. Barroso evitó concretar las medidas -que reclaman sobre todo Suecia, Lituania y Alemania- y se limitó a aludir a «varios instrumentos» posibles. En cambio, Estados Unidos, anunció ya las primeras sanciones al revocar los visados a los ucranianos a las que considera implicados en la violencia. Aunque no detalló a qué personas se refería, indicó que preveía medidas adicionales.

Por contra, Moscú denunció «la injerencia extranjera» en los asuntos internos de Ucrania, señalando que la oposición «extremista viola en exceso la Constitución». Ante las amenaza de Bruselas y Washington, el embajador ruso ante la UE, Vladimir Chizhov, instó a no utilizar el lenguaje de las sanciones con Kiev «sino un lenguaje de apoyo y de ayuda». «¿Sanciones? En general básicamente solo pueden ser impulsadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ningún otro organismo las puede imponer», indicó Chizhov. GARA