El presidente francés, Fran- çois Hollande, se mostró ayer muy prudente respecto a la adhesión de Turquía a la UE, un proceso que su homólogo turco, Abdullah Gül, le pidió que el Estado francés no siga bloqueando. A su llegada a Ankara, en visita oficial de 48 horas -la primera de un jefe de Estado francés desde hace 22 años-, insistió en que la adhesión de Turquía será consultada en referéndum a los franceses.

Con la misma prudencia, Hollande abordó otra cuestión delicada, el genocidio armenio. Dijo que «el trabajo de memoria es siempre doloroso, pero se debe hacer», y no quiso dar detalles sobre una eventual ley que castiga la negación del genocidio.

Esta visita tratará de pasar página a unas agitadas relaciones bilaterales y reactivar las renacientes intercambios económicos.