La Eurocarta supera en París el primer peldaño de un complejo camino legal

La Asamblea Nacional aprobó ayer la proposición de ley constitucional encaminada a ratificar la Carta de las Lenguas Minoritarias. Es el primer paso de un largo proceso legislativo que, aunque prospere, no satisface a los agentes que trabajan a favor de dichas lenguas.

Por 361 votos a favor y 149 en contra, la proposición de ley constitucional elaborada para poder ratificar la Carta Europea de Lenguas Minorizadas fue aprobada ayer por la Asamblea Nacional. Se trata del primer paso del enmarañado proceso legislativo por el que ha optado el gobierno con el fin de cumplir la promesa electoral del presidente François Hollande.

En principio, ahora debería ser el Senado quien manifestase su apoyo a la proposición y, en caso de que no hubiera enmiendas que la devolvieran en segunda lectura a la Asamblea Nacional y de nuevo a la cámara alta, el siguiente paso consistiría ya en la convocatoria de un referéndum a nivel estatal para poder aceptar la modificación constitucional.

Esa es la etapa que el gobierno busca soslayar, ya que es más que probable que la ciudadanía no la vea con buenos ojos y existe igualmente el riesgo de que el refrendo se convirtiera en un plebiscito donde se fiscalice la política presidencial.

Medir el apoyo

Para ello, la alternativa consistiría en que el propio Ejecutivo retomase el tema y lo convirtiese en un proyecto de ley constitucional. En tal caso, podría reunir al Congreso (diputados y senadores juntso) en Versalles. Si obtuviese el visto bueno de sus tres quintas partes, la reforma constitucional podría llevarse a cabo y el Estado francés ratificaría los 39 artículos de la Eurocarta que rubricó en 1992.

Por lo tanto, el objetivo de todo este puzzle legislativo sería el de medir el apoyo con el que cuenta para la ratificación, algo que pudo comprobar en la sesión de ayer.

Esa «hipocresía jurídica» fue la que denunció enérgicamente el portavoz del grupo de la UMP en una sesión que apenas duró media hora. De hecho, fue el único de los oradores que, basándose principalmente en ese motivo, anunció que la mayoría de sus diputados (hay varios que trabajan con ahínco desde hace muchos años para ratificar la Eurocarta) votaría contra la proposición. Los demás grupos se pronunciaron a favor del texto sometido a votación.

Las primeras reacciones de las asociaciones que trabajan a favor de las lenguas no fueron, sin embargo, muy positivas. Así, Jakes Borthairu, de Euskal Konfederazioa, manifestó tener una sensación «agridulce»: «Es la primera vez que las lenguas minorizadas obtienen un apoyo tan importante por parte de los legisladores, pero no podemos olvidar que si el texto prospera como está se convertirá en un obstáculo para futuros desarrollos jurídicos».