La leyenda de la supuesta buena gestión de la derecha no pasa por sus mejores momentos, y los turbios asuntos que hasta ahora han salido a la luz en el Ayuntamiento de Gasteiz contribuyen a enterrarla. La condena a ese Consistorio por unas expropiaciones por debajo de su precio cuando Alfonso Alonso ostentaba la alcaldía no solo es consecuencia de la irresponsabilidad, sino también de las argucias, por emplear la misma terminología del TSJPV, pues no otra cosa es el cambio del número catastral a los terrenos expropiados motivo del recurso. Una argucia para intentar esquivar una sentencia según la cual otras parcelas de esa misma expropiación y con la misma calificación tenían un precio mucho más elevado. Por tanto, la gestión de Alonso, y no solo en este caso, va mucho más allá de la ineficacia y la irresponsabilidad, pues se trata de trampear las cuentas públicas. Y las consecuencias están a la vista. En esta ocasión, nueve millones y medio de euros que no abonarán ni el exedil, hoy portavoz del PP en el Congreso de los Diputados español, ni su partido, sino todos los gasteiztarras. Otra muestra de la «excelente gestión» de la derecha.