Las detenciones masivas de presuntos islamistas en el sur mayoritariamente cristiano de Nigeria inquietan a la comunidad musulmana, que teme un exacerbación de los antagonismos étnicos y religiosos. En Nigeria, un país devastado hace casi 50 años por la guerra de Biafra (sur), el conflicto más mortífero tras la Segunda Guerra Mundial, estas detenciones son consideradas por observadores como signo de una potencial deriva mortal. En enero, 300 comerciantes del norte mayoritariamente musulmán fueron detenidos acusados de pertenecer al grupo islamista Boko Haram y 84 aprendices fueron devueltos a su estado de origen por el mismo motivo.