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La ONU acusa al Vaticano de haber permitido abusos sexuales a menores

La ONU acusó ayer al Vaticano de violar la Convención sobre los Derechos del Niño al haber permitido los abusos sexuales a decenas de miles de menores por parte de sacerdotes u otras personas bajo su autoridad y le insta a expulsarles inmediatamente y llevarles ante la Justicia. La Santa Sede respondió que la ONU «tergiversa» los hechos e intenta «interferir» en las enseñanzas de la Iglesia católica.

Naciones Unidas consideró ayer que el Vaticano ha violado y sigue violando la Convención sobre los Derechos del Niño al no haber protegido a los menores víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes u otras personas bajo su autoridad y no haber adoptado medidas que garanticen una sanción. El Comité de la ONU encargado de vigilar el cumplimiento de la Convención, que el Vaticano ratificó en 1990, instó a la Santa Sede a que «retire inmediatamente» del sacerdocio a todos los miembros del clero de los que se sabe o sospecha que han cometido abusos sexuales contra menores y entregue a todos los pedófilos en el seno de la Iglesia a las autoridades civiles para que sean investigados y juzgados.

Durante la presentación en Ginebra del informe sobre el Vaticano, la presidenta del Comité, la noruega Kirsten Sandberg, aseguró que la Santa Sede «no hizo todo lo que tendría que haber hecho para proteger a los menores».

«Y estas no son simples recomendaciones de buenas prácticas. Algunas son reales violaciones de la Convención, sobre todo cuando no se protege a los niños a pesar de que existe la posibilidad de hacerlo», señaló.

Una de las denuncias más graves del Comité está relacionada con la transferencia «de una parroquia a otra, o a otros países, de abusadores de niños bien conocidos, en un intento por encubrir sus crímenes».

Esa es una de las prácticas que los expertos de la ONU consideran que «llevaron a la continuación de abusos y a la impunidad de los responsables», contrariamente a la obligación de la Iglesia de hacer cumplir la Convención «no solo en el territorio de la Ciudad del Vaticano, sino a través de las instituciones e individuos bajo su autoridad», y ha permitido que muchos de los pedófilos «se mantengan en contacto con los menores y sigan cometiendo abusos». Por eso, Sandberg alertó de que «hay muchos niños en diferentes países bajo alto riesgo de abuso sexual».

«Código de silencio»

Consideró que frente a los escándalos de pederastia entre sacerdotes y a la política de tolerancia cero anunciada, las autoridades eclesiásticas impusieron un «código del silencio» y prefirieron «preservar la reputación de la Iglesia y proteger a los responsables, por encima del interés supremo de los niños».

El Comité, que pide al Vaticano que abra sus archivos, concluye que se han producido «decenas de miles de casos» desde los años 60 hasta la actualidad, aunque reconoce que no existe una cifra creíble porque esos datos no han sido recopilados.

Barbara Blaine, presidenta de la Red de Supervivientes de Víctimas de Abusos de Sacerdotes (SNAP), afirmó que el informe es una llamada de atención. «Por la seguridad de los niños esperamos que todos los jefes de Estado lean esto y actúen para que se pueda poner fin a estas prácticas del Vaticano», dijo la estadounidense, que fue violada por un cura cuando era una niña.

Por su parte, la oficina de prensa de la Santa Sede respondió que «toma nota» del informe, que será «sometido a un minucioso estudio». Y reiteró «su compromiso» de defender y proteger los Derechos del Niño, «según los valores morales y religiosos ofrecidos por la doctrina católica».

Pero dijo también que «lamenta ver en algunos puntos» del informe «un intento de interferir en las enseñanzas de la Iglesia católica sobre la dignidad de las personas y en el ejercicio de la libertad religiosa», en referencia a las críticas del Comité a sus declaraciones sobre el aborto, la homosexualidad y la anticoncepción.

Además, el representante de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Silvano Tomasi, calificó el informe de «distorsionado e injusto», y afirmó que parecía haber sido redactado antes de la comparecencia de la delegación vaticana ante el Comité hace dos semanas.

El cuestionario sobre la familia, un boomerang incómodo para el papa

Del divorcio a la contracepción, muchos fieles son muy críticos o están lejos de las enseñanzas de la Iglesia católica, de acuerdo con las respuestas dadas por las diócesis a las del Vaticano sobre los retos de la familia, tema del próximo cónclave de cardenales de 20 y 21 de febrero.

El papa Francisco impulsó en noviembre una amplia consulta sin tabúes -niños nacidos fuera del matrimonio, la anticoncepción, la cohabitación, los divorcios y segundos matrimonios, las uniones homosexuales- en una encuesta de 38 preguntas que se hizo llegar a los fieles.

Las numerosas respuestas deberían mostrar al papa Francisco cómo perciben y viven los fieles las enseñanzas de la Iglesia católica sobre estas delicadas cuestiones, y servirán para redactar el documento de trabajo de la próxima asamblea extraordinaria de obispos (sínodo) prevista para otoño.

El cuestionario suscitó enorme interés en las comunidades cristianas de los países desarrollados, pero la recepción fue desigual en el hemisferio sur, sobre todo en África, donde estas cuestiones son muchas veces un tema tabú. En Europa se apuesta por abandonar las prohibiciones citadas a menudo por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Los fieles dan mucha importancia al matrimonio y a la educación cristiana, pero reclaman la «bendición» para los divorciados y vueltos a casar y para las parejas homosexuales, al tiempo que defienden la contracepción y la cohabitación antes del matrimonio.

Además de las citas de febrero y otoño, a principios de 2015 habrá un sínodo ordinario dedicado a estas cuestiones, indicativo de la prioridad que el papa da a la crisis de la familia cristiana.

Si bien afirmó la necesidad de acoger favorablemente en la Iglesia a quienes «no están en regla», Francisco sigue siendo doctrinalmente conservador. Tomó posiciones muy intransigentes antes de convertirse en papa, sobre todo contra el matrimonio gay. GARA