Koldo LANDALUZE
Elkarrizketa
Raúl de la Fuente
Cineasta

«Es la mirada de mujeres obligadas a sobrevivir en un escenario salvaje»

Entre las nominaciones al Goya al mejor Cortometraje Documental topamos con dos realizadores de Iruñea, Raúl de la Fuente («Nomadak TX») y Iosu López. El primero de los dos directores relata a GARA la experiencia extrema que supuso el rodaje de su documental «Minerita»

A modo de presentación, el realizador Raúl de la Fuente («Nomadak TX») presenta «Minerita» como una ventana abierta a un lugar -el cerro Rico de Potosí- carente de ley y teñido de violencia brutal. Un rincón olvidado en el que los mineros se juegan la vida en galerías destartaladas para extraer plata y cinc. Un modelo vital al límite en el que impera la caza de mujeres. «Minerita» es la historia de tres mujeres, Lucía (40), Ivone (16) y Abigail (17) que trabajan como serenas o dentro de la mina y luchan por sobrevivir en un infierno no apto para la vida.

«Minerita» nos descubre un mundo al límite, una especie de retorno al Salvaje Oeste y en una escenografía que también fue habitada por Butch Cassidy y Sundance Kid.

Sí, es curioso lo que mencionas en relación a esos forajidos estadounidenses que recalaron en Bolivia porque «Minerita» es -o siempre he querido pensar que lo era- un western. Desde un principio quise aplicar a la narrativa y al discurso visual un estilo cercano a Sam Peckinpah. Peckinpah siempre ha sido considerado como un director de «hombres» pero en su esencia se descubre una poética salvaje y una crudeza que se acoplaban muy bien a lo que yo quería narrar desde el punto de vista que adoptan tres mujeres.

¿Cómo se inició esta odisea?

A comienzos del año pasado partimos de Iruñea con las ideas muy claras. Eramos conscientes de lo que nos íbamos a encontrar pero jamás supuse que sería tan extremo. Una cosa es que te cuenten las cosas y otra bien diferente descubrirlas por ti mismo y para nosotros aquello fue un auténtico choque frontal que nos convulsionó por completo. En cuanto pisamos Potosí casi perdemos a un integrante del equipo por culpa de una afección pulmonar. Fue una gran perdida para nosotros porque tuvo que ser internado en un hospital y era nuestro enlace con las mujeres de cerro Rico.

«Minerita» nos descubre la mirada de tres mujeres.

Si, Lucía, Ivone y Abigail. Lucía es una mujer adulta y respetada dentro de ese explosivo microcosmo llamado cerro Rico. Es una especie de guía o referencia para el resto de las mujeres y también se ha ganado el respeto de muchos hombres. Como se puede comprobar al inicio de la película, no le tiembla el pulso al encender la mecha de la dinamita. En cambio, Ivone y Abigail son los polos opuestos de Lucía. La primera tiene dieciséis años y es una mujer curtida que debe abrirse camino en este lugar que no admite flaquezas. Para colmo de males, su padre es un alcohólico que pretende abusar de ella. Ha asumido involuntariamente el rol de «guardiana» del resto de las mujeres y su trabajo es cuidar las herramientas de los mineros. Si alguna de estas herramientas desaparece, por el motivo que sea, responderá con su vida. Ellas están expuestas sufrir las consecuencias de los robos y las agresiones sexuales. Su gran sueño es abandonar el cerro, pero ahora Abigail debe proteger a sus hermanos y a su madre de su padre. Se encuentra a mitad de camino de todo y su futuro es una incógnita en este lugar en el que no hay ley ni orden. Ella se adentra en las entrañas del Potosí; un lugar rico en estaño, plata y cinc y en el que impera la ley del más fuerte o la del que tiene más dinero. Ivone y Abigail son las heroínas de este documental, ambas esbozan un futuro y acuden a la escuela mientras intentan sobrevivir en este lugar del que parece nunca pueden escapar.

¿Resultó difícil realizar descartes de escenas en la sala de montaje? ¿Siempre tuviste en mente hacer un cortometraje documental?

La verdad es que no resultó excesivamente complicado o doloroso efectuar esos descartes porque la cantidad de metraje rodado tampoco fue excesivo. Teníamos muchas cosas calculadas antes de llegar allí y, visto el panorama, tampoco queríamos permanecer mucho tiempo. Desde el comienzo «Minerita» nació para ser un cortometraje documental dedicado al trabajo y al esclavismo infantil. A medida que fui recabando información relacionada con cerro Rico, la idea original fue nutriéndose de este lugar y evolucionó hasta convertirse en lo que es: una bofetada de realidad en el que la infancia no es más que una prolongación del modo de vida dictado por los hombres, en un espacio al límite y en el que las mujeres pagan las consecuencias de todo ello.

¿Qué escenografía hallaremos?

Lo que más me llamó la atención es que en ningún momento se intuye un brote de esperanza. No hay nada que invite a pensar que este modelo de vida pueda cambiar. Si hago un breve resumen de todo aquello que me encontrado filmando en diversas partes del mundo, descubro que no hay nada parecido porque la vida en Potosí no vale nada y no parece que nada vaya a cambiar. Hace años, fue el Estado quien se encargó de gestionar el cerro pero ahora son los propios mineros quienes dictan cada una de las reglas primitivas en las que se basa este modelo de vida. Su obsesión es seguir adentrándose en las entrañas de la tierra sin rumbo fijo, sin ningún tipo de rigor técnico. Dinamitan las rocas, hacen galerías sin estudiar las consecuencias. Los derrumbes son constantes y han transformado el lugar en una especie de madriguera gigante en el que las mujeres tienen como objetivo común largarse de allí en cuanto puedan. Dicen que, debido a esta alocada mecánica laboral, El Cerro ha perdido ceca de 900 metros de altura.

Este no es su primer coqueteo con los Goya. ¿Qué supone para «Minerita» esta nominación?

Sí, exacto en el año 2012 fue nominada «Virgen Negra» y en relación a los Goya, no soy muy optimista en relación a que podamos ganarlo. Además, se trata de un cortometraje documental y no creo que no obtenga una gran repercusión pero, no obstante, a nivel profesional siempre esperas que un premio de estas características te permita hacerte un hueco en la Industria y pueda seguir desarrollando esta labor.

Por el momento, su agenda está completa.

Sí, en ese sentido tengo mucha suerte. He llevado a cabo varios proyectos documentales en lugares como Togo y Haití y en verano me marcho a Angola para seguir desarrollando mi nuevo trabajo. Se trata de un largometraje de animación basado en la novela homónima «Un día más con vida» que fue escrita por el reportero polaco Ryszard Kapuscinski y en la que relata las experiencias que vivió durante el proceso de descolonización de Angola del año 75 y en el que Cuba participó de manera muy activa. Es un proyecto muy ambicioso, elaborado mediante una técnica de animación muy avanzada que ha sido desarrollada por los estudios Platige. En la producción han tomado parte Polonia, Alemania y Bélgica.

ODISEA

«Una cosa es que te cuenten las cosas y otra bien diferente descubrirlas por ti mismo y para nosotros aquello fue un auténtico choque frontal que nos convulsionó por completo»

HEROÍNAS

«Ivone y Abigail son las heroínas de este documental, ambas esbozan un futuro y acuden a la escuela mientras intentan sobrevivir en este lugar del que parece nunca pueden escapar»

Presencia vasca en los Goya

El casi obligado éxodo de muchos técnicos, cineastas e intérpretes vascos a Madrid, propicia que la presencia vasca en la lista de nominados a los Premios Goya siempre resulte nutrida. Destacan en este listado los nombres de Koldo Zuazua, productor de la candidata a la mejor película, «La Herida» y nominación a la mejor dirección de producción por «Zipi y Zape y el club de la canica»; y Alex de la Iglesia cuya «Las brujas de Zugarramurdi» acapara diez nominaciones.

Por otro lado, en la categoría de mejor película de animación la presencia vasca es doble, pues optan al galardón tanto «Hiroku» (Silverspace) como «El extraordinario viaje de Lucius Dumb», producida por Iñigo Silva y dirigida por Maite Ruiz de Austri.

En el apartado de cortometraje de ficción compiten tanto Gaizka Urresti («Abstenerse Agencias») como Alex Montoya Meliá («Lucas»). Raúl de la Fuente y Iosu López hacen lo propio en la pugna por el mejor cortometraje documental con «Minerita» y «La alfombra roja».

Además, y centrándonos en el nutrido número de nominaciones que acapara -Las Brujas de Zugarramurdi-, merece la pena destacar dos presencias vascas: Kiko de la Rica opta a la mejor dirección de fotografía y Biaffra y Arri a mejor dirección artística.

Por último, Itziar Arrieta contiende en la categoría de mejor maquillaje y peluquería por otra de las grandes nominadas de la noche, «La gran familia española».

K.L.