El Ibex lograba ayer asentarse sobre los 10.000 puntos en una sesión de altibajos en la que faltaron argumentos para poder seguir avanzando. Ni las subidas del resto de Europa, ni el buen sabor de boca dejado por la intención de la Fed de mantener una política apegada a los datos macroeconómicos le sirvieron de trampolín. Asimismo, se da por cerrado el capítulo de la tensión creada por las monedas emergentes al volver a las cotizaciones de finales de enero. Este panorama benévolo podría desestabilizarse si el BCE, tal como dijo ayer Benito Coeure, miembro del comité ejecutivo, decide imponer tasas negativas a los depósitos. Mientras tanto, el Ibex culminó el día en los 10.080,80 puntos, después de dejarse al final un modesto 0,10%. Por el contrario, en Europa despuntaban los avances superiores al 0,50% para Fráncfort y París, en tanto que Londres arañó un 0,04%. En el Ibex, era de nuevo Sacyr (+4,30%) el mejor, después de informarse de un acercamiento en las posiciones del Grupo Unidos por el Canal y la Autoridad del Canal de Panamá para finiquitar el desencuentro por la financiación. Por detrás terminó Sabadell (+3,42%), empujado por una mejora de recomendación y un plan estratégico que contempla un beneficio de 1.000 millones en 2016. Entre los grandes valores, solo Inditex (+0,27%) e Iberdrola (+0,26%) registraron subidas. El resto cedía menos de un 1%. Las caídas de Caixabank (-1,96%), FCC (-1,93%) y Bankia (-1,50%) encabezaron la lista de perdedores. En París, brilló Société Générale (+4,71%), tras ganar el año pasado un 175% más, hasta 2.180 millones.