GARA MADRID

Interior admite el uso de bolas de goma en Ceuta y dice que las muertes fueron en Marruecos

El Gobierno español admitió que la Guardia Civil usó material antidisturbios para repeler la llegada a Ceuta de inmigrantes, once de los cuales murieron. Recalcó que fallecieron en Marruecos para eludir su responsabilidad.

El ministro español de Interior, Jorge Fernández Díez, defendió ayer ante el Congreso el uso de material antidisturbios por parte de la Guardia Civil para repeler el intento de un grupo de inmigrantes de alcanzar la playa de El Tarajal en Ceuta el pasado 6 de febrero, que justificó alegando agresi- vidad por parte de los subsaharianos, pero eludió cualquier responsabilidad en la muerte de once de ellos al recalcar que todos fallecieron en aguas marroquíes.

En su versión, Fernández Díez contradijo el informe de la Delegación del Gobierno español en Ceuta al reconocer ahora la utilización de pelotas de goma, botes de humo y balas de fogueo con objetivo «disuasorio», por lo que insistió en que «no hay ninguna relación causa efecto» entre su actuación y los fallecimientos.

Estas muertes provocaron una fuerte polémica en el Estado español después de que ONG que trabajan con inmigrantes denunciaran que la Guardia Civil disparó pelotas de goma contra quienes intentaban llegar a nado hasta la playa ceutí y pequeñas canicas de plástico para reventar las boyas a las que se agarraban los subsaharianos, muchos de los cuales no sabían nadar.

Fernández incidió en que el uso de ese material, «siempre desde tierra» y «nunca contra los inmigrantes», respondió a principios de «congruencia», por la «actitud beligerante» de los inmigrantes; de «oportunidad», por la «necesidad de dar una respuesta inmediata», y de «proporcionalidad», porque se usó la «fuerza imprescindible y con carácter siempre disuasorio», por lo que lo calificó de «uso legítimo de la fuerza».

Nueve cadáveres llegaron a una playa marroquí cercana a Ceuta y dos más a la costa ceutí, hasta donde fueron arrastrados por las corrientes, según quiso dejar claro el ministro español. «No consta que se produjeran lesionados ni víctimas en suelo o aguas españolas», indicó. Eso significa, a su juicio, que «no hay ninguna relación causa efecto entre la actuación de la Guardia Civil y los fallecimientos» y que la responsabili- dad es de Marruecos, porque, recalcó, es allí donde murieron.

El ministro admitió que 23 inmigrantes alcanzaron Ceuta, «algunos auxiliados por la Guardia Civil», y que «de forma inmediata» fueron entregados a las fuerzas marroquíes. Sostuvo que no se trató de una «devolución en caliente» porque, según el «concepto operativo» que inspiró la actuación, técnicamente no habían entrado en territorio español.

Adaptada a las circunstancias

Según explicó, es imposible establecer una línea imaginaria fronteriza desde la que ejercer la «contención y rechazo» de los inmigrantes sin poner en peligro su vida. Por eso, dijo que la Guardia Civil, cuya «labor humanitaria» resaltó, traslada esta «línea imaginaria» a la orilla, formando un cordón de agentes que mientras no sea rebasado, no se considera que los inmigrantes hayan entrado en el Estado español. Esta «interpretación de la legalidad», no figura en la Ley de Extranjería.

Para el ministro, «no se puede pretender aplicar la ley de la misma forma en Ceuta y en Melilla que en otros lugares que no tienen nada que ver» y, por eso, los agentes de allí la «adaptan operativamente a las circunstancias».