Aitor AGIRREZABAL
Proceso independentista en Escocia

Los laboristas tienen la llave de una independencia que gana puntos

Un fracturado laborismo ante la cuestión independentista puede inclinar la balanza hacia el «sí» en el referéndum con la esperanza de un cambio social, ya que las encuestas indican un progresivo aumento de los favorables a la independencia y una fuga de votos del unionismo hacia los indecisos..Los laboristas por la independencia ven la opción de rechazar las políticas neoliberales que no van en sintonía con Escocia. Lo entienden como un cambio social y no nacional.

A medida que se acerca la fecha del referéndum escocés, la independencia va sumando adeptos, entre los que se encuentran muchos laboristas desencantados con la línea oficial del partido y que han decido apoyar un cambio social en Escocia. La opción de romper con las políticas del gobierno conservador británico puede acercar el Sí a la victoria.

Según las últimas encuestas, el independentismo escocés está ganando posiciones de cara al referéndum de independencia del 18 de setiembre. Estos sondeos arrojan un apoyo del 37% al Sí y 44% al no, mientras que un 19% se mantiene indeciso. Por lo tanto, restando a los que todavía no saben qué votarán, un 46% apoya la independencia.

Estos números fueron publicados en la encuesta realizada por ICM a petición del diario Scotsman, el periódico con mayor tirada en el Alba. En noviembre, el cuestionario realizado por el mismo grupo daba 5 puntos menos al Sí y 5 más al No, lo que denota una amplia fuga de votos del sector unionista a los indecisos, y de estos últimos a los favorables a la independencia.

La campaña Mejor Juntos se mantiene por delante, pero los márgenes con los que contaba desde que se conoció la fecha de la consulta se han reducido de forma considerable. En ello, ha influido la labor de la campaña independentista, que a partir de la publicación del Libro Blanco de la independencia se ha dedicado a tratar de resolver las dudas que tiene la población sobre lo que deparará el futuro. Sin embargo, la pérdida de votos unionistas es reflejo de la campaña excesivamente negativa unionista. El discurso del Proyecto Miedo, dedicado a subrayar la incapacidad de una Escocia independiente, ha quemado a muchos escoceses que antes optaban por mantener la unión del Reino Unido. De hecho, son varias las voces, incluso dentro de los Tories, que piden que se aclare qué deparará mantener el estatus actual y qué proyectos se enfrentarán, más allá de hacer contra al discurso independentista.

Ante estos números, la llave del resultado final parece estar en esa masa todavía indecisa. Y en ese grupo, cuenta con gran peso el partido laborista. Mientras que los nacionalistas del SNP apoyan mayoritariamente el proyecto independentista, los conservadores abogan por mantener la unión. Es en el tercer gran grupo (segunda fuerza en el parlamento de Edimburgo) donde se acumulan las dudas. El Partido Laborista, rival de los conservadores en Londres en la lucha por escaños, se ha convertido en su mejor aliado en la campaña del norte. Sin embargo, es el grupo más fracturado. Pese a la línea unionista oficial, contiene al mayor número de indecisos. Incluso son cada vez más los parlamentarios y laboristas escoceses históricos que se han desmarcado del discurso oficial para apoyar públicamente la independencia. De hecho, el portavoz de la campaña Yes Scotland es un laborista, Dennis Canavan.

Fractura laborista desde Blair

Los recortes en educación, sanidad o derechos sociales que vienen llegando desde Londres en los últimos años no casan con la tradición obrera laborista, por lo que muchos de sus miembros ven la oportunidad de crear un nuevo estado con un cambio radical hacia políticas socialistas. Además pese a que desde la dirección del partido se ha alentado a mantener la unión a un lado y al otro de la muga, alegando que son un partido de clase y no nacionalista, lo cierto es que los laboristas escoceses se han alejado de sus compañeros del sur desde la época de Tony Blair. Algo a lo que han ayudado las declaraciones del líder laborista londinense Ed Miliband, que el pasado lunes aseguró que en caso de que su partido ganase las próximas elecciones de 2015, «deberían mantener las medidas de austeridad». Del mismo modo, tal y como señala un miembro de Labour for Indy (Laboristas por la independencia), «la crispación ha aumentado en los últimos tiempos tras adjudicar varias candidaturas a dedo desde Londres, sin consultar a los miembros del partido en Escocia», haciendo que al norte de la isla no se sientan representados por su compañeros del sur.

Allan Grogan, portavoz de Labour for Indy, aseguraba en una entrevista publicada en Sermos Galiza que desean que «el laborista vuelva a ser un partido de gente de Escocia, a favor de la igualdad y la justicia social». Algo que, según entiende, tan solo puede ocurrir a través de la independencia.

Cambio social

Este grupo, formado por miembros del Partido Laborista que apoyan la independencia, ve en el 18 de setiembre la oportunidad de alejarse de las políticas conservadoras de Westminster, que no tienen cabida en Edimburgo, tal y como demuestran los 15 parlamentarios Tories que hay en Holyrood del total de 118 de escaños. Defienden, del mismo modo, que la Cámara de los Comunes no es representativa de la sociedad, y que deja a la clase trabajadora excluida. Prueba de ello es la escasa representación femenina o que solo el 7% de sus miembros ha salido de la red de educación pública.

Esta sección de los laboristas, favorable a la independencia, es crítica con que la dirección del partido en Londres tomase la decisión de ir de la mano de los conservadores en la campaña unionista sin preguntar a las bases. Mientras tanto, los laboristas por la independencia ven la opción de «rechazar las políticas neoliberales que no van en sintonía con Escocia». El cambio puede llegar a Escocia, y desde los sectores laboristas favorables a la independencia lo entienden como un cambio social y no nacional.

El resultado del referéndum se mueve en unos márgenes escasos a siete meses de la cita más importante con el futuro del país. A día de hoy, parece que son los laboristas escoceses, desencantados con la dirección tomada por sus compañeros del sur, los que tienen la llave que puede abrir las puertas de la independencia y que las distintas realidades políticas y sociales a un lado y al otro de la muga pueden decantar la balanza de lado independentista.