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Por humanidad y por respeto a la libre voluntad, Bélgica legaliza la eutanasia sin requisito de edad

Para la mayoría de la gente experimentar la cruel realidad de ver como la salud de un niño se deteriora como resultado de una enfermedad incurable, en medio de un inaguantable sufrimiento sin esperanza, es algo inimaginable. Como lo puede ser, asimismo, que ese niño haga una petición de querer morir y se le administre una inyección letal que respete su libre voluntad. Para muchos, son escenarios de auténtica pesadilla, pero no para los profesionales que tratan estos casos y que pidieron que la legislación que permite la eutanasia en Bélgica se aplicara también a estos menores y se hiciera sin requisito de edad. Esta iniciativa para regular la eutanasia infantil, más que por el número de casos, deriva de las dificultades que tenían para tomar esa decisión sin vulnerar la ley.

La muerte de un niño siempre es una tragedia. Aunque el derecho a morir concita una gran adhesión en Bélgica y su total legitimación es algo inevitable, lo cierto es que la legalización de la eutanasia infantil ha generado división y sentimientos a flor de piel. En cualquier caso, es un paso lógico que todos esperan se aplique lo menos posible pero que era un deber aprobarlo. Por humanidad y por respeto a la libre voluntad.