Después de que ayer el primer ministro de Italia, Enrico Letta, formalizara su dimisión ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano comenzó las consultas con los partidos políticos para «lograr una solución eficaz a la crisis» y formar un nuevo Gobierno.

Tras la reunión ayer con los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados y representantes del Grupo Mixto en ambas, la ronda de consultas seguirá hoy con los delegados de todos los partidos políticos salvo del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, que considera esta crisis política «extraparlamentaria».

Entre las 15 representaciones a las que recibirá Napolitano se incluye el Nuevo Centro Derecha del viceprimer ministro, Angelino Alfano; Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi y la Lega Nord, que en un principio había rechazado acudir.

Pese a estas consultas, todo apunta a que el ambicioso Matteo Renzi, líder del Partido Demócrata y responsable de la caída de su correligionario será nombrado primer ministro con el encargo de formar Gobierno.

De hecho, el alcalde de Florencia se despidió ayer de su cargo durante un discurso en la recepción, con motivo del día de San Valentín, de matrimonios que llevan cincuenta años casados. «Me gustaría pediros desde lo más profundo del corazón que regaléis al alcalde, sea cual sea su nombre, el mismo cariño y el mismo sentido crítico que me habéis reservado estos años», afirmó Renzi, que también aseguró que «el día más bonito» no se ha vivido todavía.

La posibilidad de convocar elecciones es lejana y el mismo Napolitano aseguró que eran «tonterías» cuando los periodistas le preguntaron por esa hipótesis el miércoles.

El nuevo Ejecutivo tendrá que superar, como Letra, un voto de confianza en el Parlamento.

El Nuevo Centroderecha anunció que apoyará al Gobierno de Renzi aunque con algunas condiciones, al igual que el grupo Elección Cívica. La principal será contar con una importante repre- sentación en el Ejecutivo, que está ya diseñando Renzi y en la que se prevé que se confirmen las carteras de Exteriores, en manos de Emma Bonino, o la de Sanidad, de Beatrice Lorenzin.

No es fijo que cuente con el apoyo de Forza Italia, aunque ayer Berlusconi aseguró que siente «estima» y «sintonía» por Renzi, porque no pertenece a la «escuela comunista». De hecho Renzi es criticado en Italia por haberse reunido con el magnate para modificar la ley electoral italiana y haber resucitado a «un cadáver político».