«Cualquier actividad empresarial, por muy rentable que sea, plantea dudas»

Los promotores del plan de viabilidad de las plantas de Edesa y Geyser salieron ayer al paso de las razones esgrimidas por la Corporación Mondragon para descartar su apoyo y, ante las dudas sobre la viabilidad del proyecto, respondieron que «evidentemente, a medio y largo plazo, cualquier actividad empresarial, por muy rentable que sea, plantea ese tipo de dudas. Es imposible presentar un proyecto empresarial con dudas cero, y más en la coyuntura actual», subrayaron.

El desánimo era palpable ayer en los rostros de los trabajadores de la planta de Edesa de Basauri tras conocerse que la Corporación Mondragon no va a participar en reflotar la división de Confort de Fagor Electrodomésticos. De hecho, el equipo promotor del plan de viabilidad dio por finalizada su andadura «ante la imposibilidad de conseguir la financiación necesaria para el proyecto», aunque con la satisfacción de haber hecho todo lo que estaba en sus manos y de haber elaborado un plan que ofrecía «garantías suficientes de rentabilidad».

Entre los impulsores del plan que comparecieron públicamente se encontraban rostros conocidos como el de Exabier Arrieta, miembro de la Comisión Permanente del Consejo Social de Fagor Electrodomésticos, o Koldo Ortueta, responsable del equipo técnico que compareció el pasado mes en el Parlamento para explicar los detalles de plan, acompañados de Angel Castiñeira, Ernesto Pérez o Pablo Conejo, entre otros, todos ellos con una experiencia de más de quince años en el negocio de Confort.

Disconformidad

En todo momento mostraron su disconformidad con los argumentos esgrimidos el viernes por Mondragon para rechazar su plan, y que se basan en un IBR o informe independiente que «plantea dudas sobre la viabilidad sostenida en el tiempo a medio y a largo plazo».

Tras lamentarse de que ellos no conocen «a día de hoy ni su contenido ni sus conclusiones», aseguraron de forma contundente que «evidentemente, a medio y largo plazo, cualquier actividad empresarial, por muy rentable que esta sea, plantea este tipo de dudas. Es imposible presentar un proyecto empresarial con dudas cero, y más en la coyuntura actual», remarcaron.

En el transcurso de la comparecencia, explicaron que su plan se basaba en la fabricación y comercialización de termos y calentadores para lo que se requería de una financiación de alrededor de 12 millones de euros, una cantidad «diferente» a la manifestada inicialmente, «debido a la implicación de los proveedores y al trabajo realizado con el departamento financiero de la Corporación». En cuanto al empleo que se mantendría, elevaron a cifra inicial de 260 puestos a «más de trescientos», mientras los 85 indirectos los cifraron en más de un centenar.

Reconocieron que el proyecto planteaba caídas de ventas del 55% el primer año y del 30% sostenido en los próximos años, aunque el resultado bruto de explotación o ebitda del 1,5% del primer año pasaría a valores superiores al 7% a partir del segundo. En este sentido, se mostraron convencidos de que su plan para el negocio de Confort, «partiendo de una situación deteriorada por las circunstancias, ofrece garantías suficientes de rentabilidad en los primeros años, que nos van a permitir constituir una base sólida».

Este hecho se basaría en «el dominio y control de unos mercados naturales (Estado español, Portugal y Norte de Africa) en los que hemos sido líderes y el know-how, costes y calidad de nuestros productos».

Aseguraron tener garantizada la continuidad de los principales clientes, «con los que venimos hablando a lo largo de todo el proceso» y añadieron que «tenemos establecidas relaciones sólidas con clientes con los que trabajamos el marquismo, contándose entre ellos los principales competidores del sector».

Sea de una forma o de otra, subrayaron que eran ellos «los primeros interesados en no embarcar a nadie, ni instituciones ni socios trabajadores, en un proyecto sin una base lo suficientemente sólida» y, debido a ello, aseguraron que «hemos intentado estresar al máximo todas las incertidumbres. Dicho de otra manera -explicaron-, si de algo se nos puede acusar es de haber sido excesivamente conservadores» en el planteamiento del negocio.

Compromiso con el empleo

Como conclusión, se lamentaron de «no haber sido capaces de transmitir estos puntos a los que han elaborado y valorado el análisis», al tiempo que aprovecharon para hacer un llamamiento a la Corporación Mondragon para que «ahora más que nunca», haga público su «compromiso inequívoco para con el empleo de los socios trabajadores de Edesa», teniendo «especial consideración con los colectivos más vulnerables».

Los promotores del plan no quisieron finalizar la rueda de prensa sin mostrar su agradecimiento a todos los que les han apoyado estos meses, como los propios socios y trabajadores de Confort, el departamento financiero de Mondragon, clientes, proveedores, ASLE, diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia, Parlamento y Gobierno de Gasteiz, partidos políticos, ayuntamiento de la comarca y al pueblo de Basauri en general.

Tapia: «Mondragon se ha implicado»

La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno de Gasteiz, Arantza Tapia, que en los últimas semanas había apremiado a Mondragon a que aclarase sus dudas sobre el plan de Edesa, dijo ayer que respeta la decisión de la Corporación Mondragon de no participar en el proyecto porque «ha sido suficientemente contrastada y madurada bajo criterios de viabilidad».

Defendió que la Corporación Mondragon «se ha implicado» en la búsqueda de una solución, por lo que insistió en que le consta que ha adoptado una medida tomada «con criterios de viabilidad».

«El criterio de viabilidad y la responsabilidad deben primar en estas decisiones con el fin de evitar falsas expectativas de corto recorrido», dijo la consejera, quien consideró que el grupo ha descartado una opción que hacía referencia a «una parte concreta del problema».

«Ahora toca seguir avanzando en el intento de mantener el mayor empleo y actividad posibles para el conjunto de Fagor Electrodomésticos, inmerso en el concurso de acreedores que afecta a cerca de 1.900 empleos», dijo. En todo caso, subrayó que la mejor solución será aquella que «dé salida a largo plazo a la mayor parte de las personas trabajadoras».

Entretanto, Ezker Anitza-IU consideró «muy grave» la decisión de Mondragon, a la que acusó de «apostar solo por la rentabilidad económica y no por el mantenimiento del empleo, del cual dependen muchas familias». GARA