El principal grupo talibán de Pakistán, el TTP, se atribuyó la decapitación de 23 miembros de la principal guardia fronteriza del país en represalia por ejecuciones extrajudiciales de compañeros en prisión, una acción que ha provocado la suspensión momentánea de los contactos de paz.

El primer ministro, Nawaz Sharif, aseguró que «Pakistán no puede permitirse estos baños de sangre, que tienen un impacto extremadamente negativo en el diálogo para promover la paz».

Los decapitados formaban parte de un grupo capturado en junio de 2010 en el aslto a su puesto fronterizo.

El hecho de que haya sido reivindicado por el TTP de Mohmand (una de la siete zonas tribales fronterizas) evoca la tesis de disensiones internas.