Aitor AGIRREZABAL

Salmond desmonta las amenazas de Londres sobre su unión monetaria

Alex Salmond desmontó ayer las amenazas de Londres en torno al mantenimiento de la libra esterlina como moneda de una Escocia independiente y las de Bruselas sobre la casi imposibilidad de adhesión del eventual nuevo Estado a la UE, dos opciones que estimó un «bluff». Salmond acusó al Gobierno británico de minimizar las desventajas del rechazo a la unión monetaria y consideró que la UE deberá cooperar.

El primer ministro escocés Alex Salmond aprovechó un encuentro en Aberdeen con Business for Scotland (grupo de empresarios favorables a la independencia de Escocia) para salir al paso de las declaraciones realizadas el jueves por el ministro británico de Hacienda, George Osborne, quien aseguró que su Gobierno no estaría dispuesto a la unión monetaria con una Escocia independiente. También abordó la discusión sobre su integración en la Unión Europea, a la que se refirió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Salmond respondió al alegato de Osborne con un claro mensaje: «Lo que presentó no era una evaluación económica, sino una táctica de campaña». El Gobierno escocés ya advirtió la semana pasada de que el discurso unionista cambiaría a partir de la victoria del «sí» en el referéndum.

Acusó a Osborne de tergiversar el impacto que una unión monetaria tendría en el resto de Gran Bretaña, y alertó sobre que un fracaso en las negociaciones conllevaría costes de transacción de «cientos de millones» -unos 610 millones de euros- para las empresas británicas, lo que bautizó como «impuesto George» y consideró «imposible de vender a la compañías inglesas».

Del mismo modo, afirmó que una zona de moneda única facilitará la transparencia en la fijación de precios «sin los riesgos de tipo de cambio y fortaleciendo la eficiencia del mercado en beneficio de los consumidores en Escocia y el resto del Reino Unido».

Un marco común también ayudaría en la transición de la deuda. El Tesoro británico anunció el 13 de enero su intención de asumir toda la deuda en cualquier circunstancia, lo que sugiere que el Gobierno británico retendría el título legal de la deuda existente y Escocia podría asumir una parte justa y equitativa basada en una evaluación de todos los activos y pasivos. Todo bajo negociación.

Afirmaciones como la imposibilidad de mantener la libra o los problemas para mantenerse dentro de la UE, se enmarcan dentro de la campaña unionista «Proyecto Miedo». Sin embargo, los independentistas creen que estas estrategias pueden resultar contra- producentes y dar un nuevo empujón a la campaña a favor del «sí». «La gente de Escocia lo percibe como un intento de ame- drentarlos ante una elección democrática», afirmó el líder del Partido Nacional Escocés (SNP).

Desde Edimburgo, asumieron las palabras de Osborne como un ataque. «Que digan que no tenemos ningún derecho a los activos construidos conjuntamente es como un insulto, es denigrante», defendió Salmond. Desde el norte de la isla se entiende como una prueba más de las distintas realidades en las que viven en Escocia y en el resto de Gran Bretaña.

Miembro de la UE

Salmond tampoco dejó pasar la ocasión de responder a Durao Barroso, que en una entrevista en la BBC el domingo aseguró que para una Escocia independiente sería «extremadamente difícil, por no decir imposible», formar parte de la UE como estado independiente. Barroso recordó que el estado español se negó a reconocer a Kosovo independiente.

Al respecto, subrayó que ningún Estado ha planteado la opción de vetar a Escocia, sino que se trata de una jugada más dentro de la estrategia unionista. Valoró que si Escocia se independiza, la UE tendrá que cooperar para aceptar al nuevo Estado, pues lo contrario conllevaría muchas dificultades para los habitantes de otros países comunitarios que residen en Escocia.

La «número dos» del Gobierno de Edimburgo, Nicola Sturgeon insistió en que negar la entrada a Escocia sería «enormemente perturbador, no solo para Escocia sino para toda la Unión Europea». «Iría en contra de los principios fundacionales de la UE, pues se nos penalizaría por ejercitar nuestro derecho democrático a la autodeterminación», añadió.

Seis años después, mejora la relación Kosovo-Serbia

Kosovo celebró ayer el sexto aniversario de su declaración unilateral de independencia marcado por la mejora histórica de sus relaciones con Serbia gracias a un acuerdo logrado el pasado abril bajo los auspicios de la UE. «Nuestra visión de Kosovo independiente es la de un país democrático, dispuesto a asumir su papel en el seno de la familia de los países libres», declaró el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi, ante el Parlamento.

Serbia, que abrió el 21 de enero sus negociaciones de adhesión a la UE -para lo que la normalización de las relaciones con Kosovo era una condición- se niega todavía a reconocer la independencia proclamada en 2008 por la mayoría albanesa en la que fuera su provincia meridional.

No obstante, el aniversario de ayer se vio enturbiado por la negativa de los veteranos de la guerrilla UÇK a participar en las celebraciones como signo de descontento por la grave situación económica y la alta tasa de paro en el país, uno de los más pobres de Europa.

«Estoy muy contento en este aniversario, pero muy preocupado por la falta de expectativas», resumía Beqir Krasniqi, un joven licenciado en derecho en paro. GARA