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Los obispos de Hego Euskal Herria acudieron a su encuentro con el Papa

El papa Francisco recibió ayer en audiencia a los cuatro obispos de Hego Euskal Herria, junto a prelados españoles, en la visita ad limina, en la que estos expusieron al pontífice cuál es la situación de su diócesis y cuáles son sus planes de futuro.

La Santa Sede informó de la audiencia papal a Mario Iceta, obispo de Bilbo; Miguel Asurmendi, de Gasteiz; Francisco Pérez, arzobispo de Iruñea y prelado de Tutera, con su auxiliar, Juan Antonio Aznárez; y el de Donostia, José Ignacio Munilla. Los titulares de las diócesis peninsulares vascas también se reunirán con los responsables de los distintos dicasterios de la Curia romana.

El próximo lunes, 3 de marzo, el Papa recibirá a la Conferencia Episcopal Española con todos los obispos, a los que dirigirá un discurso, y se espera que el presidente de la CEE -el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela- diga también unas palabras al pontífice en su despedida en el cargo.

La última visita ad limina de los prelados vascos se remonta a 2005, aunque no pudo cumplirse el programa previsto a causa del empeoramiento de las condiciones de salud de Juan Pablo II. La visita ad limina apostolorum es la que todos los obispos diocesanos deben realizar a «los umbrales de San Pedro y San Pablo», y se realiza cada cinco años según los cánones 399 y 400, para informar al Pontífice sobre el estado de los territorios eclesiásticos que gobiernan.

Según una nota de Radio Vaticano, las tres prioridades de la Iglesia española -como la vasca- son hoy la evangelización de la cultura, la transmisión de la fe y la comunión eclesial.

Agilizar una beatificación

El obispo de Bilbo, Mario Iceta, regaló al pontífice un «trozo» del árbol de Gernika y un libro con crónicas sobre el partido de fútbol que jugaron en 1947 el Athletic Club y el San Lorenzo de Almagro argentino, el equipo favorito de Francisco.

Además, Iceta pidió al Papa que agilice la canonización de la beata Rafaela Ybarra, una mujer de la oligarquía vizcaina del siglo XIX, casada con el entonces presidente de Altos Hornos, que destacó por sus obras benéficas. El pasado sábado, coincidiendo con el 114º aniversario del fallecimiento de Rafaela Ybarra, se celebró una eucaristía en la capilla del colegio Ángeles Custodios de Zabalbide, donde descansan los restos de la beata junto a los de su marido, José de Vilallonga.

A su vez, José Ignacio Munilla, obispo de Donostia, informó a través de su cuenta de Twitter que Francisco se había despedido de él ayer en la audiencia, diciéndole: «Avanti con Twitter y Facebook».