Garbiñe Aranburu, Asier Imaz(*)
GAURKOA

El 3 de marzo, firmes en nuestro camino

El próximo lunes desembarca en Bilbo una pléyade de mandatarios políticos, responsables institucionales y altos empresarios para asistir en el Guggenheim a un evento organizado por el Gobierno español y con el Ejecutivo de Lakua de anfitrión. Un día, el 3 de marzo, de profundo significado para la clase trabajadora vasca, como recuerdan en este artículo Garbiñe Aranburu y Asier Imaz, responsables de LAB.

El 3 de marzo de 1976 cinco trabajadores eran asesinados en Gasteiz por orden directa de Madrid. Los trabajadores y las trabajadoras vascas ansiaban democracia y derechos y ni el uso de armas de fuego contra hombres y mujeres desarmadas podía parar el cambio. Ningún gobernante ha rendido cuentas sobre aquellos hechos, pero inevitablemente la arquitectura jurídica que ha sujetado los derechos laborales de los trabajadores y las trabajadoras vascas se fue construyendo a partir de tan tristes acontecimientos. Por su convicción y lucha año tras año les rendimos homenaje y exigimos justicia. La «democracia española» se ha dedicado durante los 30 años siguientes a dar más poder al capital mientras destruía derechos laborales a los trabajadores y las trabajadoras.

El 3 de marzo de 2014 el FMI, la UE y las grandes corporaciones mundiales se reúnen en Bilbao. «De la estabilidad al crecimiento». Sus anfitriones serán el Gobierno central y el vasco.

Los responsables de las decisiones políticas que están empobreciendo a la sociedad a costa de garantizar el dividendo de una pequeña élite económica, participarán en dicho foro. Quienes han diseñado y tomado las decisiones políticas que garantizan un proceso que fomenta la extensión de la pobreza, el desempleo y los continuos cierres de empresas se reúnen a Bilbao. El poder político podía optar por dar una alternativa a la mayoría, se genera suficiente riqueza para ello, pero ha optado por garantizar el dividendo a una minoría. Ya les darán algún asiento más en algún consejo de administración. Hoy la gran patronal manda, la patronal financiera, la especulativa, la que no tiene arraigo social manda (Iberdrola, Tubacex, BBVA, Petronor,... mandan).

La foto va a ser muy significativa. Estarán todos. Los que hacen política real, la política con mayúsculas, esto es, el FMI, la UE y Madrid. Y también estará su comparsa, la política del Gobierno Vasco y de Nafarroa. Esto es, la política ficción. Con mucho marketing de cara a los medios de comunicación pero sin ninguna alternativa ante el desempleo y la pobreza que se están extendiendo. Cuando la oferta que hacen Madrid, Gasteiz e Iruñea a la juventud mejor preparada de la historia es que marchen a Alemania a poner copas, se definen. No tienen alternativa.

Urkullu con su presencia ha dado la espalda a la mayoría social del país para avalar las políticas de empobrecimiento. Esa mayoría social que no está representada en esa foto, estará en la calle, movilizándose, para exigir derechos laborales y sociales, para exigir una democracia real. Lo que deberá desvelar Urkullu es si está en la foto por su incapacidad política para dar una alternativa real al pueblo, o lo que es más grave, porque comparte el mismo modelo económico y social.

Estamos en el sexto año de una crisis que no hemos creado. Seis años de reformas a golpe de decretazo para beneficiar siempre a los mismos. En estos años, Euskal Herria ha disputado escenario al gran capital y a Madrid. Las diferentes reformas han tenido contestación en Euskal Herria. Los conflictos ante despidos y cierres son constantes, ya llevamos seis huelgas generales, y todo ello define a un pueblo que no se resigna, que lucha y que apuesta por una alternativa.

Con nuestra lucha estamos impidiendo que se imponga en su totalidad, en nuestro ámbito el modelo estatal y estamos sentando las bases para hacer un camino propio, sentando las bases para un nuevo modelo económico y social que responda a las necesidades de este país, basado en el reparto de la riqueza y la justicia social.

Nos encontramos en un momento que es crucial para nuestro pueblo. Está una vez más en juego si los trabajadores y las trabajadoras de Euskal Herria tendrán o no derechos, si vamos a ser un país pobre o no. Pero lo que es más importante, está en juego si la alternativa que demos a nuestro pueblo va a ser o no democrática, ya que una alternativa basada en la pobreza no es una alternativa democrática.

No hay más que leer el Plan de Industria 2014-2.016 del Gobierno Vasco para darse cuenta de que el PNV ya ha asumido el papel que le deja jugar Rajoy. Poco dinero, para hacer lo de siempre (lo que siempre ha fallado) y sin ninguna condición al empresario que lo reciba (ni con el empleo, ni con la comarca). El PNV hace una apuesta por un autonomismo totalmente agujereado por Madrid. Los bancos no dan crédito, el coste energético va a generar problemas en la producción, pero para el Gobierno Vasco la alternativa es poco más que rezar. La reforma laboral y de negociación colectiva abre la puerta a la competencia basada en menores costes laborales y el PNV no tiene plan. Habla de la necesidad de una Euskal Herria del conocimiento, el valor añadido y la exportación, pero los grandes generales de la patronal se preparan para aumentar dividendo gracias a fomentar una lucha entre las empresas de nuestro tejido productivo que generará cierres y precariedad. Plantan cara a trabajadores y trabajadoras, y plantan cara al Gobierno Vasco si protesta; el último ridículo de Gasteiz viene de la mano de Tubacex que se deslocaliza mientras reparte dividendo y recibe subvenciones.

El mayor valor que tiene nuestro modelo económico es la red de empresas. Nuestro tejido productivo es capaz de generar riqueza, está preparado para la era del conocimiento, si se fomentan las sinergias internas, el trasvase del conocimiento y la formación continua somos imparables. Los trabajadores y las trabajadoras son capaces y profesionales, pueden hacer una aportación de primer nivel, pero es imposible hacerlo con un modelo de relaciones laborales como el de Marruecos.

Si no protegemos nuestro tejido productivo, si no diseñamos una transición basada en el reparto de empleo y de la riqueza, no habrá alternativa, los cierres de empresas se multiplicarán fruto de las diferentes reformas y la red industrial que ha de garantizar la sociedad del conocimiento desaparecerá. Hoy, La Naval está en cuestión. Una empresa de valor, que genera grandes sinergias en nuestro tejido productivo, que nos presenta ante el mundo como país industrial esta en juego. La Naval no es más que otro ejemplo de que o tomamos nuevas decisiones o no habrá alternativa.

Hoy, quienes disputan que tengamos tejido productivo, empleo y capacidad de consumo son los trabajadores y las trabajadoras en lucha. Gracias a ellos y ellas este país tiene una oportunidad basada en el modelo industrial, en el reparto de la riqueza, basada en la democracia. El 3 de marzo los grandes especuladores del mundo vienen a Euskal Herria como el que llega a tierra conquistada. En nuestra mano está recibirles como se merecen. LAB apuesta por recibirles como pueblo que disputa una salida a la crisis propia, basada en la democracia, basada en el derecho a decidir del pueblo.

Este país, empresa a empresa, no se resigna, este país está en lucha, este país debe y puede disputar alternativa a esta crisis, y lo ha de hacer desde la activación social, desde la cohesión social. Lo hace cada día, pero el 3 de marzo de 2014 tenemos la oportunidad de decirle al FMI, a la UE y a Madrid que aquí hay un pueblo que está en marcha. El 3 de marzo tenemos la oportunidad en Bilbao de dar un homenaje a los asesinados en Gasteiz en 1976, un homenaje basado en la lucha.

(*)Secretaria de Acción Sindical de LAB, Secretario de la Federación de Industria de LAB