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Kiev acusa a Moscú de desplegar tropas en Crimea para «provocar» una guerra

Las nuevas autoridades ucranianas acusaron ayer a Rusia de desplegar tropas militares en la península de Crimea para tratar de «provocar» una guerra, después de que la tensión volviera a dispararse con el bloqueo de los aeropuertos de Simferopol y Sebastopol y a pesar de que Moscú negara cualquier relación. Ucrania recurrió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con el fin de tratar de calmar la situación en la república autónoma.

El presidente interino de Ucrania, Oleksandr Turchinov, acusó ayer a Rusia de desplegar tropas militares en la región de Crimea para tratar de «provocar» a Kiev y desencadenar un «conflicto armado» como el vivido con Georgia en verano de 2008, olvidando que aquella guerra comenzó tras el ataque de tropas georgianas a Osetia del Sur, que originó la intervención de Moscú.

Turchinov, en un mensaje televisado, pidió a Rusia que ponga fin a su «agresión no disimulada» y saque inmediatamente a sus militares de Crimea, al tiempo que le instó a sentarse a negociar.

«Rusia ha enviado fuerzas a Crimea. Están creando un escenario que se parece al de Abjasia -en realidad fue Osetia del Sur-, cuando tras iniciar un conflicto militar comenzaron a anexionar el territorio», declaró el mandatario. En su opinión, Moscú quiere «provocar» a Kiev para que reaccione, aunque subrayó que «el Ejército ucraniano no va a responder».

El Ministerio interino de Asuntos Exteriores de Ucrania denunció la violación del espacio aéreo de Ucrania por parte de Rusia. «Estamos asistiendo a una invasión militar de Rusia (...) El espacio aéreo (de Crimea) está cerrado debido a la gran cantidad de aterrizajes de aviones y helicópteros rusos», aseguró el representante del presidente de Ucrania en Crimea, Serguei Kunitsyn.

Se estima que alrededor de 2.000 soldados rusos llegaron en avión al aeropuerto militar de Gvardeïskoïe, cerca de Simferopol, capital de Crimea.

Además, guardias fronterizos ucranianos habían informado antes de que, al menos, diez helicópteros rusos habían cruzado la frontera hacia Crimea, mientras que Kiev solo había dado autorización a tres en respuesta a una solicitud oficial de Rusia.

Testigos informaron también de los movimientos de transporte blindado no identificado blindado en la carretera entre Sebastopol y Simferopol, así como el aterrizaje de varios aviones militares de carga en un aeropuerto militar cercano a la capital.

Sin embargo, según Moscú, estos movimientos se enmarcan en las maniobras que está realizando la Flota Rusa en el Mar Negro y que, dijo, son plenamente conformes con los acuerdos existentes entre los dos países.

Toma de aeropuertos

Unas horas después de que la Rada Suprema (Parlamento) de la república autónoma de Crimea aprobara el jueves por la noche la celebración de un referéndum, el próximo 25 de mayo, para ampliar su autonomía y aprobara un nuevo Gobierno, encabezado por el prorruso Sergei Aksenov, tras la destitución del anterior, decenas de hombres armados irrumpieron en el aeropuerto de Simferopol, primero, y en el aeródromo militar de Belbek, cerca de Sebastopol, después.

El objetivo de esas unidades, uniformadas pero sin distintivos, era evitar, según dijeron, «la llegada de combatientes» desde Kiev. En Belbek interrumpieron los despegues y aterrizajes, mientras que en Simferopol se impidió la llegada de vuelos procedentes de la capital.

La aerolínea ucraniana Ukranian Airlines anunció la cancelación de todos los vuelos a Crimea porque «el espacio aéreo está cerrado».

Las informaciones en torno a la toma del control de los aeropuertos, que se suma a la ocupación la víspera de las sedes del Gobierno y del Parlamento, eran confusas ya que no estaba claro quiénes eran sus responsables.

Algunas fuentes identificaron a algunos de ellos como miembros de las «fuerzas de autodefensa» crimeas, formadas por rusófonos, y también militares de la flota rusa del Mar Negro, que armados con fusiles automáticos habrían bloqueado un puesto fronterizo en Balaklava, próximo a Sebastopol, e irrumpido en el aeródromo de Belbek.

El ministro interino de Interior, Arsen Avakov, denunció el bloqueo de ambos aeropuertos por militares rusos, lo que fue negado categóricamente por la flota rusa.

«Dentro del aeropuerto (de Sebastopol) hay militares y guardias de fronteras de Ucrania. Pero fuera, militares con uniforme de camuflaje y armados, sin distintivos, pero que no ocultan su pertenencia (a la flota rusa del Mar Negro)», escribió Avakov en su página de Facebook.

Mientras, en Simferopol, «119 militares con armas automáticas, uniforme de camuflaje y sin distintivos, llegaron al aeropuerto en varios camiones, entraron en el edificio y ocuparon el restaurante», denunció.

«Es una abierta provocación para desatar un conflicto armado y derramar sangre. Ya no es competencia del Ministerio de Interior. Debe ocuparse el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa. Mientras no haya choques armados, deben hablar los diplomáticos», concluyó.

El Consejo Nacional de Seguridad no excluyó ayer la posibilidad de declarar el estado de excepción en el país debido a la situación en Crimea, pero agregó que «en realidad, la imposición del estado de emergencia no permite la posibilidad de implicar al Ejército».

El Gobierno ruso rechazó mantener conversaciones con Ucrania sobre la situación en Crimea. Según Moscú, el embajador en funciones ucraniano en la capital rusa pidió formalmente «consultas bilaterales urgentes» en el marco del tratado entre ambos países suscrito en 1997 para abordar la situación de Crimea.

El Ministerio ruso de Exteriores indicó, en un comunicado, que «considera los acontecimientos» en la república autónoma «resultado de los procesos políticos internos de Ucra- nia» y, por lo tanto, «no ve la necesidad de llevar a cabo» dichas conversaciones.

Tras un silencio de varios días, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a su Gobierno continuar las conversaciones a nivel económico y comercial con las nuevas autoridades ucranianas y, en varias conversaciones telefónicas con líderes occidentales, instó a impedir la escalada de la violencia y lograr la pronta estabilización de la situación en Ucrania.

Consejo de Seguridad

Ucrania pidió ayer el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU para frenar la crisis en Crimea y para defender su integridad territorial, al tiempo que advirtió de que el país tiene capacidad para defenderse de las agresiones, según explicó el embajador ucraniano ante las Naciones Unidas, Yuriy Sergeyev, tras informar a puerta cerrada de la situación del país para dar paso al debate.

Sergeyev, según indicó, solicitó al máximo órgano de decisión de la ONU «medidas para detener los peligrosos acontecimientos que están poniendo en peligro la paz internacional» y la «integridad territorial» de Ucrania.

«Todavía podemos detener el separatismo», señaló Sergeyev, que acusó a Rusia de alimentar el enfrentamiento en Crimea y denunció el «cruce ilegal de fronteras» por parte de distintas unidades militares rusas.

Sergeyev recordó que las potencias del Consejo de Seguridad se comprometieron en el pasado a respaldar la unidad territorial de Ucrania y aseguró que Kiev no va a buscar la «confrontación». «No quiero ni pensar en acciones militares», señaló.

Durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, EEUU solicitó el envío urgente de una misión internacional de mediación para tratar de calmar la crisis en Crimea y llamó a Rusia a dar marcha atrás al aumento de su presencia en la zona.

Ucrania solicita la extradición de Yanukovich, que reaparece en Rusia

La Fiscalía General de Ucrania anunció ayer el comienzo del proceso de solicitud de extradición del depuesto presidente, Viktor Yanukovich, tras confirmar su presencia en territorio de Rusia con la rueda de prensa que dio en la ciudad meridional rusa de Rostov del Don, desde donde pidió perdón a su pueblo por la violencia de las últimas semanas, insistió en que sigue siendo el legítimo jefe del Estado de su país y anunció que luchará por volver a Ucrania.

«Me faltaron fuerzas para mantener la estabilidad e impedir la anarquía en el país», admitió un emocionado Yanukovich al concluir su comparecencia ante 200 periodistas, en la que reiteró que no ha huido de su país, sino que tuvo que abandonarlo por razones de seguridad.

Tras relatar las peripecias de su huida, se defendió de las críticas sobre el lujo y el derroche de su residencia campestre de Mezhigorie y negó que tenga cuentas en bancos extranjeros, argumento con el que, aseguró, solo se pretende desacreditarle.

Insistió en que es el legítimo presidente de Ucrania, calificó de golpe de Estado la toma del poder por parte de la oposición ucraniana y tildó de «ilegítimas» las decisiones adoptadas por la Rada Suprema y anunció que luchará por volver a su país y por el futuro de Ucrania «contra quienes, mediante el terror, intentan aplastarlo».

«Nunca ordené disparar a la Policía», subrayó Yanukovich, quien consideró «una reacción natural» al vuelco de poder en el país la situación generada el Crimea.

Admitió estar sorprendido por el silencio guardado por el presidente ruso, Vladimir Putin, durante estos días, y dijo que Rusia «debe y tiene que actuar», aunque dijo que no pedirá ayuda militar a Moscú para tratar de recuperar el poder. GARA

El Banco Nacional aplica un «corralito» al limitar a 1.000 euros la retirada diaria de dinero

El Banco Nacional de Ucrania, actualmente bajo control de un Gobierno provisional, anunció ayer su decisión de limitar a 15.000 grivnas (1.095 euros) el importe diario máximo que se puede retirar de los bancos del país. Se trata de una modalidad que tiene como antecedente a lo que ocurrió en la Argentina en 2001, donde antes del derrumbe de la Administración de Fernando de la Rúa se prohibió retirar más de 1.000 pesos convertibles a dólares por mes.

La divisa ucraniana, la grivna, ha perdido una cuarta parte de su valor desde el comienzo del año, y el país está al borde de la bancarrota. La decisión fue adoptada en medio de una grave crisis política que derivó en la destitución del presidente, Viktor Yanukovich, y el acceso al poder de una nueva coalición política proeuropea, y de la tensión separatista en la península de Crimea.

El anuncio de la aplicación del «corralito» lo hizo en rueda de prensa el gobernador del BNU, Stepan Kubiv, quien asumió el cargo el lunes, y dijo que la medida es temporal. Kubiv enfatizó que la situación en el mercado de divisas «está bajo control» y el BNU mantiene contactos permanentes con casi la totalidad de los bancos del país.

Advirtió de que el Banco Nacional sancionará severamente a aquellos que violen la leyes que regulan la circulación de divisas en el país.

«Según datos preliminares, las arcas del Estado han sido saqueadas», dijo el jueves en la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania Arseni Yatseniuk, antes de ser investido como nuevo primer ministro. Según sus palabras, desde el comienzo del mandato de Yanukovich, en 2010, han desaparecido de las arcas del Estado ucraniano 27.000 millones de euros.

Yatseniuk, uno de los líderes de las protestas que hace hoy una semana provocaron la caída de Yanukovich, indicó que la deuda pública de Ucrania en los tres últimos años se duplicó hasta alcanzar los 55.000 millones de euros y que en ese periodo, 51.000 millones de euros viajaron a paraísos fiscales. Según sus palabras, desde el comienzo del mandato de Yanukovich, en 2010, han desaparecido de las arcas del Estado ucraniano.

Las nuevas autoridades ucranianas calculan que necesitarán una ayuda de más de 25.000 millones de euros en dos años para evitar la quiebra. GARA