EDITORIALA

Los securócratas fijan posición en París

Hace una semana, cuando los miembros de la Comisión Internacional de Verificación informaron de que ETA había inventariado y puesto fuera de uso un número determinado de armas, dos importantes representantes del Partido Socialista en Ipar Euskal Herria, Sylviane Alaux y Colette Capdeville, se felicitaron por la «excelente noticia» y valoraron que el paso de la organización vasca debía conllevar un cambio de actitud por parte del Estado francés que, en palabras de Capdeville, «puede implicarse totalmente en el proceso de paz».

Sin duda, la implicación que alentaba la diputada del PS no es la que ayer condujo a los miembros del Grupo Internacional de Contacto (GIC) a comparecer en una comisaría de Baiona. Siguiendo la estela de su colega de la Audiencia Nacional española Ismael Moreno, los magistrados Laurence Le Vert y Christophe Teissier citaron a Brian Currin, Sylvia Casale, Pierre Hazan, Raymond Kendall y Alberto Spektorowski para que respondieran a un cuestionario, justo la víspera de participar en el foro por la paz organizado en la capital labortana. Acudieron en calidad de testigos y, por tanto, con la relativa confianza de que saldrían de la sede policial por la puerta que entraron, pero parece evidente que esta maniobra es un toque de atención a quienes están desempeñando un papel importante en el proceso de solución. En París, igual que en Madrid, hay sectores que asisten inquietos al desarrollo de los acontecimientos en este país, y a las implicaciones políticas que podría acarrear un nuevo escenario. Securócratas que dentro del Ejecutivo representa el titular de Interior, Manuel Valls, y que también están bien representados en la judicatura por parte de personajes que han hecho carrera en la lucha contra ETA.

Con todo, que los convocados acudieran a la cita acompañados por electos de todas las fuerzas políticas es la mejor respuesta que podía darse a un Estado que mientras insiste en que el tema vasco le es ajeno hace esfuerzos para demostrar todo lo contrario, y para desacreditarse ante la ciudadanía de Ipar Euskal Herria.