Entre la niebla que siempre asociamos a aquel Londres nocturno y victoriano, acechan buena parte de nuestros miedos más entrañables. Siempre expectantes y dispuestas a perdurar en nuestro imaginario, las criaturas que dieron sentido a algunas de nuestras pesadillas infantiles aguardan su oportunidad para acaparar nuevamente su protagonismo. Tal es el caso de Drácula, la criatura del doctor Frankenstein o Dorian Grey, personajes literarios que han encontrado en el medio catódico una puerta abierta para colarse entre nosotros. Uno de los responsables principales de haber dejado entreabierta esa puerta ha sido el prestigioso y oscarizado cineasta Sam Mendes el cual ha querido rendir un homenaje a esta galería de seres fantásticos a través de la serie «Penny Dreadful», una ambiciosa superproducción televisiva cuya primera temporada consta de ocho episodios y que será estrenada el 11 de mayo. Esta fecha ha sido subrayada en la agenda de muchos seriéfilos seducidos por los avances que ya hemos podido visionar, su cuidado detalle escénico, un lujoso reparto que incluye a Eva Green y Josh Harnett y la presencia detrás de la cámara de Juan Antonio Bayona («Lo imposible») en los dos primeros episodio

Ambientada a finales del siglo XIX y en un Londres eternamente brumoso, esta serie centra su interés en la particular cruzada que una mujer acosada por sus propios miedos y un asesino sin rumbo fijo emprenden contra algunas de las criaturas literarias más conocidas del imaginario fantástico.

Ya que estamos en este entorno de luz de gas y sombras perturbadoras, nada mejor que dar un breve paseo por los castigados callejones del Whitechapel londinense que recrea la ficción «Ripper Street», una zona tristemente célebre gracias a que se convirtió en elcoto de caza humana elegido por un monstruo real, Jack el Destripador.

Finalizada la segunda temporada de esta apuesta de la BBC, sus responsables han anunciado una tercera tanda de capítulos en la que los personajes encarnados por Matthew Macfadyen, Jerome Flynn y Adam Rothenberg retornaran a las callejas en las que se escenificó la trastienda social de aquel Londres victoriano habitado por monstruos de ficción y reales.