Ion SALGADO
ANIVERSARIO DEL 3 DE MARZO

Las víctimas celebran una victoria gracias a la juez María Servini

La querella argentina contra los crímenes del franquismo marcó los actos en recuerdo de los cinco obreros muertos el 3 de marzo de 1976. La asociación Martxoak 3 considera que, gracias a este proceso judicial, las víctimas han ganado una primera batalla contra la impunidad decretada por el Estado.

El proceso abierto por la juez María Servini, que investiga desde Buenos Aires los crímenes del franquismo, ha devuelto la esperanza a los integrantes de Martxoak 3 Elkartea-Asociación Víctimas del 3 de Marzo, que ayer tomaron las calles de Gasteiz para recordar a Pedro María Martínez Ocio, Romualdo Barroso, Francisco Aznar, Bienvenido Pereda y José Castillo, abatidos por los disparos de la Policía Armada hace 38 años. «Las familias de los trabajadores asesinados y el centenar de heridos siguen sufriendo una terrible discriminación, ya que el Estado incumple la legislación internacional en materia de Derechos Humanos», subrayó la asociación que, en un comunicado, reconoció que la querella argentina supone «una victoria en la lucha contra la impunidad».

La nota, remitida a los medios a las 7.30, marcó el inició de una jornada que tuvo por objeto recordar a los muertos y defender los derechos de las víctimas, que demandan verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Esta petición estuvo presente en el homenaje tributado por la mayoría sindical de Euskal Herria, que a las 18.30 se concentró en la plaza del 3 de Marzo, en el barrio de Zaramaga. Allí, Eva Barroso, hermana de uno de los fallecidos, reivindicó la «grandeza y la importancia» de las pequeñas victorias, como es el gran mural pintado en una fachada para recordar lo ocurrido. «Esas victorias que aunque parezcan pequeñas van construyendo un mundo diferente y más justo», señaló.

Pequeños logros para denunciar «el modelo español de impunidad» que se suman a la vía judicial. En este sentido, recordó que, «a pesar de la dimensión del crimen», nadie ha sido procesado y el Estado español no ha reconocido el daño causado a las víctimas, que han tenido que cruzar el océano Atlántico para poder ser escuchados. «La querella argentina supone un hito. Esta demanda no solo ha dado proyección internacional al problema, sino que ha permitido que por primera vez hayamos podido declarar en sede judicial por los hechos y solicitar la imputación de Rodolfo Martín Villa -ministro de Relaciones Sindicales en 1976- como responsable», manifestó.

Asimismo, Barroso, que hace un par de meses perdió a su padre, Romualdo Barroso, relató que durante las últimas semanas han proseguido las declaraciones por videoconferencia, algo que facilitará la imputación de los responsables políticos y policiales. «Con todo esto le estamos ganando la partida a la versión oficial, ya que, ahora, cuando se cuente la historia de la Transición, no podrán obviar que hubo una ley de punto y final -en alusión a la Ley de Amnistía- para los criminales y que las víctimas encontramos una vía en Argentina de la mano del derecho a la justicia universal. Algo que deja en evidencia al Estado español», sentenció.

Un nuevo modelo

Por su parte, Begoña Vázquez (ELA) y Santi Ruiz (Esk), que también denunciaron la impunidad de la que gozan los responsables de lo ocurrido hace 38 años en Zaramaga, hablaron sobre la necesidad de dar pasos en el campo de la memoria histórica, centrando su discurso en la precariedad social. «Debemos ser los agentes sindicales y sociales quienes demos un paso al frente y nos comprometamos en la construcción de una nuevo modelo social que atienda las verdaderas necesidades de la ciudadanía», explicaron los representantes sindicales, que defendieron la lucha emprendida hace 38 años por los trabajadores de Gasteiz como la «única garantía para recuperar nuestros derechos como clase y como pueblo».

Estas palabras suscitaron los aplausos de las personas presentes en la plaza, varios miles, que al finalizar el acto recorrieron las calles del centro de la capital alavesa tras una pancarta en la que podía leerse el lema: «Luchando con dignidad. Eskubide sozialen alde borrokan». Al termino de la manifestación, en la plaza de la Virgen Blanca, los colectivos sociales de la ciudad denunciaron los recortes impuestos por el Ayuntamiento y por el Gobierno autonómico. Para hacer frente a los tijeretazos reclamaron un aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la cuantía de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), más prestaciones por desempleo y un sistema de protección social propio para Euskal Herria, entre otras cuestiones.

Cambio político y social

Horas antes de la manifestación, en el homenaje organizado por EH Bildu, Belen Arrondo fusionó el mensaje político y las peticiones laborales y sociales. Así, la parlamentaria afirmó que el «cambio político y social que se está produciendo en Araba es el mejor homenaje a todas aquellas personas que lucharon el 3 de marzo de 1976. [...] Los valores y el compromiso que transmite el 3 de marzo han contribuido al cambio que estamos protagonizando».

«Gasteiz ha dejado de verse como una ciudad gris y conservadora para convertirse en una ciudad emergente llena de color e ilusión, cada vez más de izquierdas y abertzale. Y, en este contexto, es más necesario que nunca desalojar al PP de las instituciones de nuestra ciudad y de nuestro herrialde», manifestó Arrondo, que aprovechó su intervención para denunciar la postura del Gobierno de Mariano Rajoy en relación con el proceso iniciado por María Servini. «Dicen que no quieren reabrir heridas, pero lo que en realidad no quieren es avanzar hacia un escenario en el que todas las víctimas se vean reconocidas», afirmó ante los asistentes.

A este respecto, la parlamentaria soberanista advirtió de que la negación de la que hace gala Madrid «no es solo cosa del pasado. Lo hacen también con el presente. Desgraciadamente el Estado español no tiene voluntad para avanzar y asentar un nuevo escenario en términos democráticos. Sigue anclado en esquemas del pasado y, ahora como antes, recurre a su habitual carácter autoritario y antidemocrático».

Por último, Arrondo criticó la celebración del «Foro Global España 2014» en Bilbo, y denunció que los representantes institucionales de la CAV hayan decidido estar «con quienes defienden un modelo capitalista y neoliberal que solo respalda los intereses de los más ricos y da la espalda a la mayoría de la sociedad» vasca.