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Crimea pisa el acelerador en dirección a la unión con Rusia, un paso incendiario para la UE y EEUU

El mismo día que la UE se reunía en Bruselas con la presencia del autoproclamado primer ministro ucraniano, Arseniy Yatsenyuk, el Parlamento de Crimea aprobaba por abrumadora mayoría unirse a Rusia y adelantaba el referéndum al 16 de marzo. Simplificando las preguntas, se decidirá entre ser parte de la Federación de Rusia o mantenerse con poderes más autónomos en Ucrania. Pero el viceprimer ministro de Crimea, Rustam Termirgaliev, fue más allá al indicar que todas las empresas estatales de Ucrania serán nacionalizadas para convertirse en propiedad de Crimea, que valoran seriamente adoptar el rublo como moneda y que el referéndum solamente ratificaría la decisión adoptada ayer por el Parlamento.

La línea que ha tomado el Gobierno de Crimea, más osada que la esperada, fue interpretada como una acción incendiaria por los líderes de la UE y EEUU. La reunión de Bruselas se tornó en una «cumbre de emergencia» y Washington apostó por una retórica poco diplomática y amenazadora. Se anuncian sanciones, se amenaza con convertir a Rusia en paria, aunque estas son armas de doble filo por las que todos pagarán un alto precio. La escalada está servida en el menú.