Amparo LASHERAS
Kazetaria
AZKEN PUNTUA

Tiempo de escalofríos

Las noticias que voy a comentar no han tenido mucho espacio en los mass-media; alguna columna en la prensa escrita y ninguna referencia en la televisión. Tampoco nos debe de sorprender. Hablan de hechos ocurridos fuera de nuestra realidad sociopolítica y, aunque cercanos en el tiempo y en la distancia geográfica, la atención que pudieran suscitar queda lejana, tal vez hasta extraña. La insolencia con que llegó a Bilbo el Global Forum Spain y la sucia jugarreta política del PSN en Nafarroa en favor de la corrupción han acaparado, con razón, todos los titulares de portada. Sin embargo, esta falta de atención mediática no significa que los hechos que menciono a continuación carezcan de importancia. La tienen, y mucha, pero es como si esa importancia permaneciese escondida, acechando en lo que todavía no es pero desea ser: un monstruo fascista emergiendo desde el fondo de las aguas de unas democracias populistas, individualistas y desideologizadas. El lunes, el diario británico «The Daily Telegraph» publicaba las declaraciones del conservador Boris Johnson, alcalde de Londres, pidiendo que la ley autorice «quitar» los hijos a padres musulmanes y «ponerlos al cuidado de los servicios sociales» para «impedir» que, de mayores, se conviertan en «asesinos suicidas». El martes, la agencia France-Presse difundía la propuesta del cabeza de lista del Frente Nacional en el distrito VI de París, Paul Marie Coûteaux, para «concentrar» a los gitanos en «campos» y, así, poner fin a la «lepra» que supone la «invasión» de familias romaníes en los barrios parisinos. Recordé el apoyo social que, según los sondeos electorales, estos individuos y sus ideas reciben en sus países y sentí escalofríos, igual que ustedes ahora.