Amaia U. LASAGABASTER
SEGUNDA A

La sangría de los pequeños detalles

Los problemas defensivos del Alavés convierten a sus goles en los menos rentables de la categoría. Necesita marcar más de uno para sumar un punto.

Los disgustos del Alavés se repiten, la forma en que se producen también y, por tanto, también lo hacen los análisis posteriores. Las referencias a los despistes defensivos, los errores de concentración, los «pequeños detalles» se han convertido en un clásico de los lunes. Y no es de extrañar porque han provocado una sangría inagotable.

Eso es, probablemente, lo peor. Que 32 jornadas después de que arrancara el campeonato, los albiazules sigan hablando de los pequeños detalles. En siete meses no han conseguido solucionarlos y ahora solo tienen diez partidos por delante para lograrlo. Porque las consecuencias son evidentes. Relegan la capacidad goleadora del Alavés -solo Sporting y Recre, ambos en play-off, han marcado más- a la categoría de anécdota, convirtiendo sus goles en los menos rentables de la categoría.

Solo los goles de tres equipos, Castilla, Girona y Alavés, no alcanzan el punto de valor. Así, mientras cada tanto anotado por el Deportivo le da 1'58 puntos, al cuadro gasteiztarra apenas le asegura 0'79. O lo que es lo mismo, el Alavés ha necesitado 1'2 goles de media para sumar cada uno de sus 34 puntos.

Y por eso, el discurso, también esta semana, sigue girando en torno a lo mismo, los «pequeños detalles» y su factura. «Son errores que nos penalizan muchísimo, que cuestan puntos», lamenta Ion Vélez, para el que resulta especialmente doloroso porque en otras facetas el equipo sí está a la altura de lo exigible. «Por lucha, por entrega..., poco se puede achacar al equipo -subrayó el delantero-. Y diría que por juego también. Porque no estamos mal, lo hemos dicho muchas veces esta temporada, no hemos sido inferiores a nadie. Pero por detalles se nos escapan puntos y llevamos así todo el año. Por eso si logramos estar concentrados los noventa minutos, sacaremos puntos».

En eso trabajan los gasteiztarras cada semana y en eso ha insistido cada uno de los tres entrenadores que les ha dirigido esta temporada. Aunque Vélez reconoce que la mejoría, forzosa, pasa en buena medida por el esfuerzo personal. «Uno mismo tiene que trabajarlo. Desde fuera se puede decir, insistir... Pero si uno mismo no está, si uno mismo no está metido en cada situación...».

En cualquier caso, el ariete navarro espera que «esta sea la buena», que el equipo encuentre ya la solución a sus problemas. Algo en lo que confía ciegamente «porque hay que tener fe en que lo vamos a conseguir. Quedan diez partidos, estamos a cinco puntos y hay que creer. Hay que creer en salvarnos porque solo así se va a lograr».

En condiciones

Diez finales en las que espera participar Ion Vélez, recuperado tras tres semanas de baja por un esguince de tobillo. Ayer completó el entrenamiento «con buenas sensaciones» y con «unas ganas tremendas de ayudar al equipo».

Más complicado lo tienen Toti y Luciano, que todavía trabajan por su cuenta. No viajará a Tenerife Guzmán, todavía sancionado, ni en principio Manu García, que vio su quinta amarilla frente al Zaragoza.