Raimundo Fitero
DE REOJO

Ciencia

En la primera de TVE, en ese programa con un buen formato aunque parezca agotarse en cada entrega que se llama «Comando actualidad» nos ofrecieron el pasado lunes una entrega cuyo título genérico era «Agarrados a la ciencia», y que era un recorrido por diferentes lugares del Estado español para descubrirnos a enfermos que están esperando que se avance en la investigación sobre su enfermedad para poder vivir con cierta esperanza de superar su actual situación.

Empezaron en Bilbao con una familia que tiene tres hijos con el síndrome de Sanfilippo, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a los tres niños de siete, cinco y dos años y medio. La pareja, especialmente la madre, se muestra como una madre coraje llena de energía buscando soluciones para una enfermedad de las denominadas raras y llegamos a un despacho del hospital de Cruces en donde el doctor que lleva el asunto se muestra confiado en que se pueda incluir este caso en un programa que se está haciendo en EEUU sobre esta rara enfermedad. El problema es que hace falta dinero: tres millones de euros para incluirlos. ¿Y cuál es la solución? Pedir a la sociedad, hacer campañas escolares, y la sociedad ha respondido, ya tiene un millón recaudado. ¿Cuánto cuesta construir un kilómetro de AVE muerto?

Después vimos una investigación de más de veinte años en la Universidad de Zaragoza buscando una vacuna para la tuberculosis. Y se nos enseñan los laboratorios, parte del trabajo cotidiano de los investigadores en unas instalaciones realmente impresionantes. Y así sucesivamente, por otros lugares, otros casos. Y siempre un subtexto no expresado, es necesaria la inversión pública. No se pueden abortar investigaciones de esta índole, no puede recaer en la caridad o la solidaridad colectiva los trabajos de búsqueda de avances. Está claro que a las farmacéuticas invertir en un fármaco para una ínfima cantidad de seres humanos no les interesa. ¿Quién debería entonces encargarse de estas investigaciones? Las universidades, los estados, es decir la inversión pública en Ciencia, Investigación y Desarrollo. Todavía no tengo claro si el programa era propaganda o denuncia.