Raimundo Fitero
DE REOJO

Carrusel

Seguí durante un buen rato la versión española de «El Jefe», en la Sexta, y me pareció increíble. La versión americana también, pero está mejor hecha y con menos trucos. En este caso el jefe infiltrado se dedicaba a hacer de basurero nocturno, a recoger mierda por las calles. Y por mucho que se disfrazó, la presencia de las cámaras y las secuencias ofrecidas sonaron a pufo televisivo. Quizás se trate de eso, precisamente, de que se note que es una suerte de ficción camuflada. Los datos: consiguió una audiencia inusitada en una primera emisión en el canal.

En cambió Jordi Évole va a ser juzgado por cuestiones de deontología periodística a raíz de «Operación Palace», aquella ficción con tantos cómplices en las que nos contó una posible versión de los entresijos del 23-F. Se dejaba claro que era mentira, que era una ficción, pero nada, le han llevado a ese honor ser juzgado por hacer una ficción informativa, como todos los telediarios sin ir más lejos, cuando es el que mejor hace periodismo televisivo en estos tiempos. Pilar Urbano está vendiendo libros como churros con otra versión real o escuchada, eso nunca se podrá saber a ciencia cierta, en donde se dicen muchas de las cosas ya sabidas sobre la implicación en el propio 23F del suegro de Urdangarin.

La pareja Esperanza Aguirre, Mariló Montero es una joya surrealista. La periodista navarra de las mañanas de TVE acumula más cagadas en directo que nadie en la historia reciente de la televisión mundial, en el asunto de las faltas graves de desobediencia a la autoridad de al lideresa se preocupó por lo importante, «por lo menos que los agentes fueran apuestos». Y parece que lo eran. Inadmisible. En otro canal, Cuatro, la lideresa se encaró con el conductor del programa diciéndole que le tenía poco aprecio. Seguro que no encuentra apuesto a Jesús Cintora.

Termino este carrusel con una insistencia grotesca, la ministra de Sanidad, vuelve a pedir adelantar el horario de máxima audiencia televisiva para «conciliar la vida laboral y familiar». De verdad, ¿no tienen otra cosa que hacer? Empiecen por cambiar el uso horario de la península y a lo mejor eso ayuda más que las melonadas televisivas.