Raimundo Fitero
DE REOJO

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Mientras se solucionan los problemas técnicos de distribución de los nuevos canales TDT o el mantenimiento de los actuales, que es la apuesta que están emprendido conjuntamente el duopolio Atresmedia y Mediaset, lo realmente importante, el grave problema está en los contenidos, en cómo se utilizan esos canales, cómo se llenan veinticuatro horas de programación durante trescientos sesenta y cinco días al año. Hay unos fragmentos, unas especializaciones que parecen muy claros y evidentes. Los canales dedicados a niños y niñas, se llenan de dibujos animados, de series para los púberes con estilo muy meloso y listo.

Lo mismo podría pasar con los deportivos, pero aquí hay problemas económicos graves: los partidos de fútbol que realmente concitan grandes audiencias son muy pocos y cuestan mucho dinero en derechos. Los otros deportes son tangenciales. Las motos ya están en plataforma de pago y los coches irán en breve. Y se recuerda que en motos hay un tropel de corredores que viajan con pasaporte español, un número grandísimo de aficionados a las motos. Además se hacen dentro de una plataforma de una empresa de telefonía que la utiliza para buscar clientes, dentro de una estrategia comercial global.

Pero existen decenas de canales y de horas que no saben cómo ocuparse. Estando en otra antena televisiva en Centroamérica me acabo de pasar un buen rato viendo un programa titulado «Las 101 comidas rápidas que han cambiado el mundo». Es un programa yanqui, con ideología yanqui, estética yanqui, hecho para yanquis y para exportar su idea de la gastronomía y el desarrollo de la humanidad al mundo a través de sus potentes plataformas televisivas. No quiero hacerles perder el tiempo, pero podría considerarse un programa de humor, y eso que recalcaban que había sido elaborada la lista por catorce especialistas. Y de verdad salían esos catorce individuos. Y decían unas cosas incompatibles con la verdad y el buen gusto gastronómico. Lo único cierto eran las cosas relacionadas con los soldados en guerra y su alimentación. Ahí sí que tenían cierta verosimilitud. Este es un ejemplo de contenido a granel para rellenar horas televisivas. Una tendencia muy actual.