GARA MOSCÚ
CRISIS EN EL ESTE DE UCRANIA

Los rebeldes prorrusos ignoran el ultimátum y piden ayuda a Moscú

Tras los incumplidos ultimátums de Kiev, los rebeldes prorrusos han pasado a la ofensiva en el este de Ucrania, con nuevas tomas de sedes oficiales y demandando la ayuda del presidente ruso, Vladimir Putin. EEUU insistió en denunciar que Moscú es quien maneja estos movimientos, pero Rusia criticó la presencia del director de la CIA en Kiev como ejemplo de la complicidad de Occidente en la crisis.

Ucrania ve aumentar el riesgo de ruptura entre el este rusófono y el oeste en manos de las nuevas autoridades de Kiev, tras la extensión desde el sábado de los asaltos a sedes oficiales en ciudades del este. El Kremlin aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha recibido «numerosas demandas» de ayuda en estas regiones.

Washington sigue agitando la amenaza de una eventual intervención rusa en defensa de la población rusófona, asegurando que Moscú ha desplegado 40.000 soldados en la frontera, y ayer denunció que un caza ruso provocó a uno de sus barcos en el mar Negro.

Pero Estados Unidos tampoco permanece inactivo ante esta crisis. Ayer el destructor Donald Cook atracó en el puerto rumano de Constanza, en el Mar Negro y Washington admitió que el director de la CIA, John Brenan, estuvo en Kiev durante el pasado fin de semana.

El director de la CIA en Kiev

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, pidió explicaciones sobre el viaje de Brennan, ante lo que el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, confirmó que «estuvo este fin de semana en Kiev como parte de un viaje europeo». Rechazó las acusaciones rusas y dijo que «es absurdo sugerir que esos encuentros regulares son algo más que simplemente eso».

En cambio, Rusia denunció que ese viaje muestra de nuevo la complicidad de Occidente con las autoridades ucranianas surgidas del levantamiento contra el Gobierno de Viktor Yanukovich. Igualmente, Putin respondió a Obama sobre las acusaciones de injerencia y observó que «tales especulaciones están basadas en informaciones infundadas». El presidente ruso apeló a Obama a «hacer todo lo posible para no permitir el uso de la fuerza y un baño de sangre» y volvió a pedir negociaciones entre «las principales fuerzas políticas y las regiones» para establecer una estructura federal en Ucrania.

Kiev había anunciado una «operación antiterrorista de gran envergadura» y el presidente interino, Alexandr Turchinov, había dado hasta las 09.00 de ayer para que los milicianos desalojaran todas los edificios gubernamentales que ocupan.

Pero mientras Kiev lanza ultimátums que no cumple, los levantamientos se suceden desde el sábado en las ciudades del este. A Dontesk, Lougansk y Jarkiv se han sumado Slaviansk, Kramatorsk y Gorlovka

Los manifestantes prorrusos tomaron las sedes de la policía y el ayuntamiento de esta localidad de 250.000 habitantes y levantaron varias hileras de barricadas para proteger su nueva conquista. Uno de sus líderes, Viacheslav Ponomarev, pidió a Rusia «que nos proteja y no permita un genocidio en la población del Donbass».

Con la situación fuera de control para Kiev, Turchinov propuso a la ONU realizar «una operación antiterrorista» conjunta. Esta posibilidad parece poco probable, pero según Reuters, que citó a un colaborador del Departamento de Estado, EEUU está considerando suministrar armas a las fuerzas de Kiev.

EEUU y la UE planean más sanciones y Rusia advierte del riesgo de guerra civil

EEUU sigue coordinando con sus aliados europeos la posibilidad de nuevas sanciones, según la Casa Blanca, que afirmó que las últimas «provocaciones» de Moscú «tendrán un coste» si ese país no da pasos para rebajar la tensión. El presidente, Barack Obama, conversó por el teléfono con su homólogo francés, François Hollande, y ambos mostraron su preocupación «por los actos violentos» en los últimos días en esa región. A su vez, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, reunidos en Luxemburgo, decidieron ampliar la lista de rusos y ucranianos a los que imponer sanciones de «congelación de bienes y prohibición de visados».

La tensión diplomática se trasladó a la reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena, donde EEUU y Ucrania acusaron a Moscú de enviar agentes rusos a las tomas de edificios gubernamentales mientras Rusia lo negó y advirtió de que si Kiev responde con el uso de las Fuerzas Armadas a esas manifestaciones, podría estallar una guerra civil, insistiendo en la demanda de «más autonomía, más poder para las autoridades locales y un estatuto oficial para el idioma ruso». El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, insistió en que las regiones del este de Ucrania deben participar en la redacción de la nueva Constitución del país que se sometería a referéndum y que definiría el modelo de estado que tendrá el país. GARA