Raimundo Fitero
DE REOJO

Gazapos


Félix Linares y sus colegas llevan años mostrándonos los gazapos que aparecen en algunas películas en «La noche de....» u otros programas innominados. Bueno, en todas las películas si se miran con lupa aparecen relojes en escenas de romanos o planos de una ciudad que corresponden a otra, o la aparición y desaparición de cigarrillos en la misma secuencia de la mano o la boca de los protagonistas es bastante frecuente. Se diría que existen una serie de individuos de nuestra propia especie dedicados a la búsqueda y recopilación de estos gazapos, y que solamente en esos traspiés encuentran alguna satisfacción. Se escriben libros, existen decenas de páginas web dedicadas a mostrarlos, se debate y se escribe sobre ellos formulando incluso teorías. El mundo de los gazapos en la filmografía universal es una suerte de zoológico de monstruosidades de narración accidentada, de fallos de racord, de anacronismos delirantes. Pues bien, ¿se imaginan si esa secta creara un nuevo departamento de caza gazapos televisivos hasta dónde podría llegar el asombro? Porque mal que bien, en la industria cinematográfica hay un proceso de producción bastante exigente con los detalles. Se cuenta con equipos amplios de estilismo, especialistas en cuidar de todos los detalles. Pues aún así suceden. Y suceden con mucha frecuencia.

Pero en la televisión, en eso que llamamos «en directo», los gazapos son constantes. En los programas informativos los mensajes de texto colocados a pie de pantalla en ocasiones provocan agujetas por sus faltas de ortografía o por sus erratas. En las series para televisión, por mucho que se diga que se trabaja con las ambiciones del cine, lo cierto es que se graban muchas horas diarias, no hay tiempo para muchas probaturas y aparecen gazapos constantemente. El último que se comenta en todas las redes sociales es que en la prestigiada «Juego de tronos», en una escena con varios personajes aparece uno de ellos con una taza de café. Pero una taza de café de hoy, de esas que no dejan dudas de que estamos ante una situación poco cuidada. Es posible que alguien se diera cuenta, pero reproducir la escena es muy caro. Estamos hechos de gazapos.