EDITORIALA
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Un paro crónico que todo lo corroe

La economía vasca no toca fondo. Esa es la conclusión que se desprende de los datos de la Encuesta de Población Activa conocidos ayer y que nos acercan de forma preocupante a tasas cada vez más cercanas al 20%. La sangría de empleo, más atenuada en Nafarroa, sigue imparable así como la sustitución de empleo fijo, vía ERE o despido puro y duro, por empleo temporal o a tiempo parcial. Habrá quien defienda que no son unos datos tan malos, que el primer trimestre siempre arroja datos negativos, que hay datos macroeconómicos que apuntan en la dirección contraria. Dirán que el paro es un problema coyuntural y solucionable, un fenómeno breve y rutinario, común en la creación y caída de empresas en toda economía e incluso sugerirán que es un lubricante necesario para que la maquinaría económica funcione.

Los datos, sin embargo, ni engañan ni sorprenden. Revelan en alta resolución el fracaso de unas políticas de las cuales no pueden esperarse resultados distintos. La incapacidad para aupar a la industria, dinamizar la economía y crear empleo es manifiesta, como lo es la certeza de que no habrá recuperación posible sin cuestionar el actual modelo económico, sin reemplazar esas fallidas políticas ni ensayar medidas de choque drásticas. Seguir como hasta ahora es ir directos al abismo, condenar a la sociedad vasca a adentrarse en una era de desempleo masivo y sistémico, a una emigración cada vez más acentuada, a consumir lentamente a la gente, a las familias, por una enfermedad social, crónica y que todo lo corroe, que no para de expandirse.

El paro es seguramente la más nociva de las enfermedades de la sociedad vasca. Está cambiando el curso de la vida y marcará el carácter de toda una generación. Y la de sus hijos. Dejará una huella imborrable en los trabajadores vascos. Y, sin duda, distorsionará la política, la cultura y la identidad de nuestra sociedad para decenios. Plantea grandes desafíos e interrogantes que están transformando Euskal Herria. Y evidencia la necesidad de encontrar un camino radicalmente nuevo y propio.