Una concurrida manifestación defendió ayer la sanidad pública en las calles de Iruñea y denunció los recortes y la privatización del servicio de salud navarro. Convocada por la Plata- forma Navarra de la Salud, la marcha estuvo respaldada por cerca de setenta agentes, entre los que se encuentran desde partidos políticos, sindicatos y ONG hasta asociaciones vecinales y colectivos de enfermos.

La movilización reunió a 4.000 personas, según comentaron los organizadores a GARA. Tras la pancarta, con el lema «Defendamos nuestra Salud. Murrizketarik ez. Pribatizaziorik ez», que portaron ediles de municipios de zonas rurales, miembros de la plataforma y trabajadores de servicios como el de limpieza, en vías de ser privatizado, marcharon usuarios, integrantes de asociaciones que representan a pacientes con enfermedades crónicas, y profesionales de la sanidad pública navarra, entre ellos el colectivo de empleados de los centros de personas con discapacidad que actualmente se encuentran en huelga, así como jubilados, entre otros.

A lo largo del recorrido, que discurrió entre la antigua estación de autobuses y la plaza del Castillo, se corearon consignas como «El dinero del TAV para sanidad», «Somos pacientes, no clientes», «La salud lo primero, antes que el dinero» o «Gastos militares para escuelas y hospitales».

De mal en peor

Al final de la marcha, representantes de la plataforma leyeron un comunicado, en el que repasaron la situación por la que atraviesa el servicio de salud desde que el Ejecutivo de Yolanda Barcina tomó las riendas del Gobierno, con Marta Vera al frente de Osasunbidea. Consideran que los recortes que ya se conocían con anterioridad han sido mucho más agresivos, que se ha profundizado en la privatización y que es ahora cuando más capitales y recursos se han derivado al sector privado.

A esta actuación, que liga al «proyecto ideológico de UPN», la plataforma añade el «desastre organizativo y asistencial» provocado en Osasunbidea y, además, denuncia que «el caos organizativo» se gestiona con «prepotencia y autoritarismo».

Al final de la marcha se recordaron los colapsos en urgencias, los retrasos en las citas en los centros de salud y el aumento de las listas de espera o la amenaza de supresión de las urgencias en zonas rurales, así como el portazo de UPN, PP y PSN al debate de la iniciativa legislativa municipal (ILM) en defensa de la atención Primaria Rural.