El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, dimitirá el 31 de mayo. Brahimi asumió el cargo en 2012 después de que el plan de paz diseñado por su predecesor, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, fracasara. Brahimi confesó que se siente «muy triste» por dimitir y dejar el país árabe «en tal mal estado», después de dos años de mediación entre el Gobierno y la insurgencia. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, adelantó que buscará un sustituto. Por otro lado, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, afirmó que su Gobierno «lamenta» que el de Estados Unidos no se decidiese a atacar al régimen sirio en otoño del año pasado, ya que «habría cambiado mucho las cosas», y acusó a Damasco de haber utilizado armas químicas «en pequeñas cantidades», particularmente cloro, en la guerra.