Fede de los Ríos
JO PUNTUA

El retorno del acordeonista sandunguero

Claro que sí Carlitos Chen. Y la golondrina viaja hacia el sur para pasar el invierno, el ñu emigra antes de la estación de las lluvias y el canto de la abubilla hace «bub-bub-bub»

Resulta, cuando menos, confuso el que dos militantes del PP, hija y esposa de un celoso guardián del orden establecido, maten a tiros a otra militante, dirigente del PP y, hete aquí lo que son las cosas, que la culpa es a partes iguales entre EH Bildu y los escraches contra los desahucios, por ser responsables del clima de crispación social que vive España. Culpables por ser causa del mal causado. Ríete tú del llamado efecto mariposa, aquel por el cual el leve aleteo de una lepidóptera en Hong Kong desata una tormenta mil hostias en la ciudad de Nueva York.

Por si alguien en el neocórtex albergaba la mínima duda, para aclarar las cosas hace su aparición en escena el mini-yo de Mayor Oreja, Carlos José Iturgaiz Angulo. Un hombre de extraordinaria riqueza lingüística, de verbo fácil y frase corta, tanto en vascuence como en castellano, por su formación en el do, re, mi, fa, sol, la, sí, do... sí, la, sol, fa, mi, re, do, el paso por Bruselas, al que la experiencia adquirida le ha ayudado en la maduración espiritual otorgándole una sabiduría sintética. Más que en el Parlamento europeo pareciera haber estado en el Tibet o conviviendo entre los monjes del monasterio Shaolin. Sus valoraciones acerca de la realidad, siendo aun más breves que los haikus de los poetas japoneses, por el contrario, esconden una mayor cantidad de conocimiento.

Con relación a la muerte de su compañera de partido Isabel Carrasco a manos de otras dos de sus compañeras, supo ver más allá de lo superficial y, transcendiendo las sensaciones transmitidas a través de los engañosos sentidos corporales, pudo encontrar la verdadera responsabilidad de los violentos, es decir de los que no condenan la violencia, es decir de EH Bildu, es decir, de la ETA, y afirmar, para asombro de los periodistas, cual maestro Zen: «El alacrán siempre pica con veneno».

Claro que sí Carlitos Chen. Y la golondrina viaja hacia el sur para pasar el invierno, el ñu emigra antes de la estación de las lluvias y el canto de la abubilla hace «bub-bub-bub», de ahí su nombre, pura onomatopeya.

El acordeonista podía haber escogido la metáfora de la serpiente, más ad hoc con su denuncia, pero a Iturgaiz el sentido del ritmo que le acompaña allá donde va y su cadencioso juego de caderas lo trasladó al Caribe sabrosón y a sus danzas:

«Que te pica la manito (si señor),

que te pica el ombliguito (si señor),

que te pica la boquita (si señor),

que te pica los ojitos (si señor).

El alacrán, el alacrán, el alacrán te va a picar. (bis)

El alacrán, el alacrán, el alacrán te va a picar». (bis)

Carlos, cariño, deja Bruselas y quédate. Te echamos tanto de menos...