MIKEL INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Una vida por otra

El ciclo vital permanece como misterio insoldable, pero aún sabiendo que no existe respuesta, uno no puede evitar preguntarse sobre las razones por las que unos mueren para que otros renazcan. El cineasta sueco Malik Bendjelloul se nos ha ido voluntariamente a los 36 años de edad, pero no sin antes haber resucitado la carrera de Sixto Rodríguez, quien a sus 71 años se ha encontrado con una segunda oportunidad de futuro.

Al coincidir la muerte del autor de «Searching for Sugar Man» con la celebración del festival de Cannes, allí se le ha dedicado un homenaje improvisado a un hombre que deja en este mundo un único exitoso largometraje. El cantautor de Detroit que le debe su nueva vida no ha querido ser menos, y se despidió de su descubridor con un concierto en la Ciudad del Motor.

Son gestos sinceros dentro de la normalidad, pero lo cierto es que en toda esta historia nada ha sido normal. Y las paradojas que refleja la película se multiplican más allá de la pantalla, porque quien, según las leyendas urbanas, se había suicidado en el escenario era el cantante y no el cineasta. En cambio, el bueno de Sixto ha podido girar otra vez con sus viejas composiciones, y hasta prepara un disco de relanzamiento.

Bendjelloul se había tirado casi cuatro años editando la película, debido a que disponía de suficiente tiempo, el único valor a su alcance a falta de financiación. Sin embargo, cuando por fin ha obtenido beneficios, decide quitarse de en medio. Por su lado, Rodríguez vivió feliz ignorando que sus discos triunfaban en Sudáfrica y Australia. Ha resgresado, sin esperar recuperar jamás los royalties que le robaron.