Pablo GONZÁLEZ (Enviado especial) KIEV
ELECCIONES EN UCRANIA

Las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se unen en Novorossiya

Las dos regiones separatistas de Donetsk y Lugansk anunciaron su unión en la víspera de las elecciones presidenciales ucranianas. Sus dirigentes esperan que más territorios del sureste de Ucrania se sumen pronto a este nuevo autoproclamado estado. El presidente ruso, Vladimir Putin, se ha mostrado dispuesto a hablar con los líderes que elijan los ucranianos.

Las autoproclamadas repúblicas populares de Lugansk y de Donetsk se han unido en un Estado mayor denominado Novorossiya. La firma del acuerdo tuvo lugar ayer en un hotel de Donetsk y fue protagonizada por las autoridades salidas de las revueltas prorrusas en ambos estados. Por Donetsk lo hizo Aleksander Borodai y por Lugansk, Aleksei Karyakin. En el acto, que tuvo lugar a puerta cerrada, bajo unas estrictas medidas de seguridad y con la sola presencia del canal de televisión rusa Rossía-24, también participaron los representantes de los activistas prorrusos de las regiones ucranianas de Nikolaev, Odessa, Jersón, Dnepropetrovsk y Zaparozhie.

Los insurgentes reconocieron que en sus filas se ha producido una división entre quienes apoyaban el acto de unificación de ayer y los que defienden incluir en Novorossía a las ocho regiones surorientales, de mayoría rusohablante.

«Llamaremos a nuestro Estado Novorossía. En él ingresarán las ocho regiones del sureste de Ucrania», dijo Pável Gubarev, autoproclamado gobernador de Donetsk.

El nombre de Novorossiya, en desuso desde el siglo XIX, ha sido recuperado recientemente para denominar a las regiones del este y del sur de Ucrania enfrentadas a las autoridades interinas de Kiev. Novorossiya, literalmente Nueva Rusia, es como se denominó el territorio del sureste de la Ucrania actual cuando fue conquistado por el Imperio Ruso al Imperio Otomano.

Relativa calma

El paso dado ayer es un nuevo paso en el enfrentamiento de estas regiones con el Gobierno de Kiev, un Ejecutivo que sigue adelante con la denominada operación «antiterrorista» en estos territorios, a pesar de que después de semanas de combates la ofensiva parece cada vez más atascada y que cada día que pasa adopta tintes más parecidos a una guerra civil.

Así, en los últimos días decenas de soldados ucranianos han perdido la vida en acciones de las guerrillas locales, que han tomado en su poder numerosos vehículos blindados. Pero a pesar del despliegue militar y de los esfuerzos de las autoridades de Kiev, las fuerzas ucranianas no han conseguido desalojar a los activistas prorrusos de ninguna de las posiciones importante que ocupan.

Ayer, la situación en el «frente oriental» era de relativa calma tras dos días de intensos combates, aunque de madrugada los enfrentamientos se reprodujeron en Slovyansk.

Mientras, las autoridades rusas guardan silencio ante la petición de reconocimiento de la independencia de las autopro- clamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk, tras los referendos del pasado 11 de mayo. Tampoco ha habido respuesta a la solicitud de que tropas de paz rusas entren en Ucrania para proteger a la población frente a los militares y paramilitares leales a Kiev.

El nuevo paso dado por las repúblicas de Donetsk y Lugansk se produjo en la jornada de reflexión previa a las elecciones presidenciales de hoy en Ucrania. Comicios que tendrán serias dificultades para celebrarse en el este del país.

El Ministerio del interior ucraniano informó de que como máximo podrá asegurar la seguridad en nueve de los 34 colegios electorales previstos en la región. Por ello, difícilmente podrán contabilizarse los votos de cerca de 4 millones de ucranianos, lo que va a dificultar enormemente que en el futuro estas regiones se sientan representadas por el presidente que salga de las urnas.

Defender a Ucrania

En Ucrania, solo el primer ministro interino, Arseni Yatsenyuk, hizo ayer declaraciones al asegurar que las autoridades han hecho todo lo posible para organizar unas elecciones limpias y transparentes, al tiempo que llamaba a los votantes a acudir masivamente a depositar su voto en las urnas para «defender a Ucrania». «Va a ser la expresión de la voluntad de los ucranianos del oeste, este, norte y sur», subrayó, aun cuando tendrá muy complicado que en algunas regiones haya siquiera una apariencia de normalidad.

Quien sí se refirió a Ucrania fue el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien se mostró dispuesto a dialogar con los representantes que elijan los ucranianos, pero afirmó que el nuevo presidente electo puede tener dificultades con el actual Gobierno porque «quienes controlan el poder en Kiev (...) podrían no estar interesados- en que el nuevo presidente de Ucrania cuente con toda legitimidad». Para Putin hubiera sido más lógico realizar primero un referéndum para reformar la Constitución y después elegir nuevos presidente y Ejecutivo.

El mandatario ruso se mostró inamovible en algunos de los temas claves en las relaciones entre Moscú y Kiev. Sostuvo que mo era su intención y «jamás se me pasó por la cabeza» anexionar Crimea a la Federación Rusa, pero consideró que una vez llevada a cabo la adhesión, la legalidad está del lado ruso. Por eso, descarta que cambie de opinión al respecto. «No tenía planes de hacerlo», insistió el jefe del Kremlin, quien recordó que un 96 por ciento de sus habitantes votó en referéndum por la independencia de Ucrania y después el Parlamento regional -el mismo que existía bajo Ucrania- aprobó la decisión de reunifica-se con Rusia

En San Petersburgo, la antigua ciudad imperial a orillas del Mar Báltico, Putin volvió a rechazr la idea de una «nueva guerra fría» yasí como que tenga intención de «resucitar la Unión Soviética», al tiempo que aseguró a los periodistas extranjeros reunidos con él que «aislar» Rusia, como pretenden las autoridades de Kiev presionando a sus aliados occidentales, es «imposible».

Escasa expectación ante las elecciones presidenciales

Las pocas perspectivas de cambio y la preocupación por la situación en el este del país restan emoción entre la población a unos comicios con favoritos claros. El oligarca Petro Poroshenko encabeza las encuestas de intención de voto. Queda por ver que apoyo obtendrán los demás candidatos, sobre todo los de extrema derecha.

Además de para legitimar al presidente ucraniano, estos comicios servirán para ver el apoyo real que tienen las diferentes fuerzas políticas ucranianas. En la práctica política del país, el porcentaje de votos obtenidos por un candidato muestra el potencial apoyo a su partido en las elecciones parlamentarias. Por esta razón, se espera ver cuántos votos van a obtener los candidatos de los partidos de extrema derecha, Dmitro Yarosh, de Pravy Sektor, y Oleh Tyagnibok, de Svoboda.

La carrera electoral acabó de manera discreta. No hubo grandes actos de campaña por parte de ninguno de los candidatos. Por una parte, debido a los delicados momentos que vive el país y, por otra, al rechazo que despiertan los principales favoritos.

De los candidatos que se presentan solo Poroshenko y la ex ministra Yulia Timoshenko son vistos como figuras capaces de dirigir un país, pero los dos son representantes de la clase oligárquica que ha llevado a Ucrania a la crítica situación actual. Esta es una de las razones principales por las que la mayor parte del material publicitario, mucho menor que en otras ocasiones, se limita prácticamente a las consignas, con muy pocas imágenes de los candidatos.

Coincidienco con las presidenciales se celebran las elecciones municipales para elegir al alcalde de Kiev. Ahí no parece que vaya a ver demasiada alternativa. El máximo y único favorito es el exboxeador Vitali Klitschko, quien se presenta con el apoyo del candidato presidencial Poroshenko.

Quedará por ver, además de cómo se desarrollan los comicios en el este, si finalmente el presidente se decide hoy o habrá que esperar a la segunda vuelta para que el elegido se ponga a gestionar los numerosos problemas del país.

P.G.