EDITORIALA
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Alegría, humildad y análisis crítico

La lectura ya más sosegada de los resultados de las elecciones europeas deja razones para la confianza y datos para una reflexión crítica de cara al futuro. Los partidos abertzales tienen motivos para la satisfacción: la activación del voto propio, conseguir representación en el Parlamento Europeo y los síntomas de descomposición de los partidos unionistas en Euskal Herria son un logro indudable. En ese sentido, pueden declarar que la misión está cumplida. Pero más allá de eso, conviene que ningún partido escenifique de manera sobreactuada la alegría, que nadie saque pecho y se aleje de la necesaria humildad. A las lógicas y fundadas celebraciones de la noche electoral debe seguir un análisis pormenorizado de los aciertos y de los errores propios, de las nuevas tendencias, que debe servir a las fuerzas vascas, como mínimo, para entender mejor a la sociedad y para dotarse de instrumentos que les permita acertar en sus estrategias ante los próximos desafíos.

Reconocer que son muchos más los ciudadanos de Euskal Herria que no han votado que quienes sí lo han hecho es un llamamiento a la prudencia. Como lo es, salvo en Nafarroa, el dato de que, en comparación a los resultados de hace cinco años, básicamente el número de votos de las fuerzas abertzales no varía. Y en este último lustro se han dado tantos cambios, de tanta significación política e histórica, que ello exige una reflexión serena y sin complacencia. Por otra parte, la remarcable irrupción de Podemos o el auge de IU son también fenómenos que marcan tendencia y reflejan una nueva pluralidad de la izquierda con la que el independentismo debe saber negociar e interactuar en este nuevo contexto con equilibrios de fuerzas tan cambiantes.

Desgraciadamente, la lógica diferencial partidaria y la polarización entre fuerzas abertzales o de izquierda conduce demasiado a menudo a la bravata sin efectos prácticos, a abrir más heridas que las imprescindibles. Que eso no impida que quienes realmente creen que este es un país diferente se alíen para hacer algo distinto.