Kizkitza Gil de San Vicente
JO PUNTUA

Elecciones europeas y sujetos para el cambio político y social

La artífice de estas pequeñas o grandes victorias ha sido nuestra base social, nuestro activo es la ilusión y la vinculación militante de estas personas. Los resultados de estas elecciones deben suponer un elemento de cohesión y reflexión

El debate mediático surgido entorno a las elecciones al Parlamento Europeo quiere sumergir la política vasca en una larga campaña electoral. De esta forma, se aleja la sociedad vasca del debate prioritario para Euskal Herria: la exigencia de concreciones en el proceso que permita encarar como pueblo el reto de la normalización política y de la construcción en clave democrática de nuestro futuro. Si los ejes de este debate mediático (bipartidismo abertzale, hegemonías políticas) no son los adecuados, ¿en función de qué debemos valorar los resultados de estas elecciones? A mi entender, en función de la incidencia que tengan en el proceso político abierto en Euskal Herria.

Desde esa lógica quiero analizar la incidencia de estas elecciones en los sujetos prioritarios para el cambio político y social. Por encima de lecturas cuantitativas, EH Bildu ha salido reforzada. La izquierda abertzale y el movimiento independentista han salido reforzados. La izquierda abertzale acarrea aún las consecuencias de años de ilegalización y persecución política, estamos inmersos en un proceso de transición interna para construirnos como el movimiento independentista que exige el nuevo tiempo político. No está siendo fácil gestionar lo inmediato y lo futuro. Esta cita electoral se ha convertido para ciertos sectores en un test que permita medir nuestra cohesión interna y el desgaste de la gestión institucional. Hemos situado a Josu Juaristi en el Parlamento Europeo, nos mantenemos como primera fuerza en Gipuzkoa y se ha reforzado nuestro liderazgo de cara al cambio político en Nafarroa. La artífice de estas pequeñas o grandes victorias ha sido nuestra base social, nuestro activo es la ilusión y la vinculación militante de estas personas. Los resultados de estas elecciones deben suponer un elemento de cohesión y de reflexión futura en este sentido.

La sociedad catalana ha entendido estas elecciones en clave de proceso político. Ha optado entre diferentes modelos de Estado y de sociedad y ha penado aquellas opciones políticas que niegan el derecho a decidir. Nos acercamos al tercer aniversario de la Conferencia de Aiete y de la declaración del cese definitivo de la actividad armada de ETA. Existe un proceso de transición económica y política que abarca la totalidad del territorio vasco. Estas elecciones no han supuesto un termómetro real, un refrendo o un castigo a la posición de los partidos políticos en estos procesos. La política vasca debe vestirse de excepcionalidad, de proceso político y buscar el posicionamiento permanente de la sociedad vasca.

Por último, Podemos-Ahal dugu incide en la recomposición de la izquierda vasca y puede hacer escorar la izquierda no independentista hacia posiciones favorables al derecho a decidir y a la resolución democrática del con- flicto. Ahora bien, la condición indispensable para este tránsito, al que deberían acompañar sectores críticos del PSE y PSN, es que Euskal Herria tenga su propia agenda de cambio y normalización. Definida desde y para Euskal Herria.