Arantxa MANTEROLA

Arranca el juicio a Bonnemaison por acabar con la vida de siete pacientes

Se abre hoy en Pau el juicio contra el doctor Nicolas Bonnemaison, acusado de haber dado muerte a siete pacientes en fase terminal que estaban ingresados en 2011 en la unidad de hospitalizaciones de corta estancia de Baiona. El caso del médico hazpandarra vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la eutanasia activa. El proceso, que durará tres semanas, tendrá gran repercusión en todo el Estado francés. Personalidades relevantes darán su testimonio en el mismo.

El 9 de agosto de 2011 se conocía la detención de Nicolas Bonnemaison, médico urgentista en el Hospital de Baiona tras la denuncia realizada por una enfermera del servicio en la dirección del propio centro sanitario.

Bonnemaison, que quedó en libertad provisional unos días más tarde, fue depuesto de sus funciones e incluso suspendido del ejercicio de la medicina. La instrucción del caso concluyó que en los meses precedentes había dado muerte a siete pacientes en fase terminal (la mayoría de edad avanzada) mediante la administración de «sustancias venenosas».

El facultativo, que ejercía en el hospital labortano desde 1989, admitió los hechos y argumentó que lo hizo para abreviar el sufrimiento de los pacientes en fin de vida, así como el de sus familias. De hecho, varias de ellas le manifestaron su agradecimiento y solo una se presentó como parte civil en el proceso. Recibió muchos apoyos de colegas y otros profesionales de la medicina que subrayaron la profesionalidad del médico.

Uno de los últimos ha venido precisamente de la parte de Cécile Laffite, jefa de servicio del Hospital Psiquiátrico de Baiona que ha hecho pública una carta abierta. En la misma expresa su solidaridad a Bonnemaison y critica que lo que debería ser un proceso contra el hecho de no abordar los debates éticos y legales que se imponen en este tema se haya convertido en el proceso contra un hombre.

En el juicio que comienza hoy en Pau, un jurado popular examinará las acusaciones y se escucharán los testimonios de 74 personas, entre ellas a las familias afectadas. Patricia Dhooge, esposa de uno de los fallecidos testificará a favor del exurgentista de 53 años. Esta comerciante de Baiona tiene la intención de reafirmarle su agradecimiento por una intervención que permitió poner fin al calvario de su marido tras quince años luchando contra el cáncer.

Dos exministros

Además, entre los profesionales del sector en el proceso declararán también dos exministros, citados por la defensa. Bernard Kouchner es uno de los fundadores de Médicos sin Fronteras y ministro de Salud entre 2001 y 2002, y Michèle Delaunay, exministra delegada para las Personas Mayores del primer Gobierno de la era Hollande, una de cuyas promesas electorales -incumplida hasta el momento actual- fue la de revisar la actual ley Leonetti que regula la eutanasia pasiva.

El proceso reaviva el debate sobre la eutanasia activa

El proceso contra el exdoctor Bonnemaison ha despertado gran interés en todo el Estado, ya que reaviva el debate sobre la eutanasia activa. No es habitual que casos como este lleguen hasta los tribunales penales. Entre los casos de los últimos años, uno de los que más polémica suscitó fue el de una enfermera que fue condenada en 2003 a doce años de prisión en París por haber «asesinado» a seis de sus pacientes.

En 2006 otro caso, el del doctor Vincent Humbert y la madre de un joven que padecía una grave invalidez tras un accidente, no llegó a juicio. Se les acusaba de haber puesto fin a la vida del joven mediante una inyección letal, Un año mas tarde, una enfermera de Dordogne fue absuelta por hechos similares, mientras que el médico Laurence Tramois resultó condenado a un año de cárcel, sin obligación de cumplimiento, por haber acortado la vida de un paciente terminal de cáncer.

El tema de la eutanasia activa divide a la opinión pública del Estado y también a los profesionales del sector sanitario. Muchos de ellos consideran que sería suficiente con mejorar la actual ley, que permite no obstinarse en tratamientos terapeúticos para alargar la vida a personas ya deshauciadas, mientras que otros se declaran favorables a regular de una vez por ley el acompañamiento a una muerte digna. A.M.