Los 40 jóvenes que acaban de ser absueltos por la Audiencia Nacional por su militancia política destacaron ayer en Iruñea que «la solución ha ganado 40 militantes. A partir de ahora, como hemos hecho hasta el momento, seremos agentes activos para llevar este país a una situación basada en la justicia, para cruzar el puente de la solución, para que presos y refugiados vuelvan a casa, para que cesen los juicios, para que la verdad y la justicia triunfen». Por ello, volvieron a leer la proclama que 40 ciudadanos vascos hicieron pública cuando concluyó el juicio en Madrid.

«Todos los ciudadanos que se han alegrado por nuestra sentencia forman la nueva mayoría, ya que en Euskal Herria se ha formado una nueva mayoría en los últimos años, integrada por todos los que tienen voluntad de cruzar el puente de la solución. Forman el nuevo nosotros», señalaron.

Itxaso Torregrosa y Carlos Renedo destacaron, en nombre de sus compañeros, que la sentencia dada a conocer ayer supone un reconocimiento de lo que se ha denunciado durante años. «Parece que en la Audiencia Nacional han quedado en evidencia la tortura, la criminalización de la militancia política y la estrategia de guerra», señalaron.

Asimismo, recordaron que la dinámica Libre y el uso de la camiseta naranja comenzaron el mismo día en que detuvieron a Luis Goñi en la plaza Nabarreria de Iruñea. A día de hoy, Goñi, junto a Xabier Sagardoi, sigue encarcelado por su militancia política, otros 40 independentistas siguen esperando sentencia y son muchos los ciudadanos vascos que están a la espera de ser juzgados. Por ello, subrayaron que a pesar de que la sentencia ha provocado una oleada de alegría en Euskal Herria, la fotografía del conjunto sigue siendo preocupante.

También recordaron que durante el juicio trataron de «hacernos escuchar por nuestros torturadores». En este sentido, han destacado que mientras la Justicia argentina está investigando las torturas del franquismo de hace 40 años, «los Billy el Niño de hoy siguen protegidos por el manto negro de la impunidad» y lamentaron que se haya sometido a Tomas Madina al régimen de incomunicación.

«En el momento en el que recibimos la buena noticia de la absolución, un ciudadano vasco estaba incomunicado», denunciaron.

Pese a haber sufrido detenciones, torturas y encarcelamientos por su militancia, se reafirmaron en su apuesta por un futuro basado en la justicia y no por la venganza.