Iñaki TELLERIA

Campaña en Gipuzkoa en favor de una economía transparente «sin dinero B»

La Diputación de Gipuzkoa comenzará en julio una campaña para concienciar a la ciudadanía de la importancia de las facturas para evitar el dinero negro. Asimismo, pondrá en marcha un programa piloto para facilitar la gestión de las facturas a empresas y profesionales.

«El dinero B no garantiza un futuro A», «El dinero B genera empleo B» o «Por una sociedad A, pide siempre factura» son algunas de las frases que utilizará la Diputación de Gipuzkoa en la versión en castellano de la campaña que va a poner en marcha para impulsar la exigencia de facturas en las transacciones comerciales por parte de los ciudadanos y en su expedición por parte de empresas y profesionales.

La diputada de Hacienda, Helena Franco, compareció ayer junto al director general de Servicios y Educación Tributaria de la Diputación, Isidro Esnaola, para explicar los pormenores tanto de la campaña de concienciación para que los guipuzcoanos exijan facturas como del proyecto de terminal fiscal que permitirá a empresas y profesionales trasladar informáticamente a Hacienda sus facturas.

En palabras de Franco, el objetivo de estas dos iniciativas es lograr «una economía transparente, sin dinero B», en contraposición a una economía sumergida, «para erradicar el dinero negro».

«Es lo más eficaz»

La diputada de Hacienda hizo un llamamiento a la ciudadanía a que pida factura en todas sus compras y transacciones, «porque es la medida más eficaz para que las compraventas salgan del mercado negro, por la obligación de declarar los ingresos que se consiguen en esas transacciones».

De forma paralela pondrán en marcha el denominado «proyecto de terminal fiscal» que, según explicó Esnaola, consiste en «aprovechar las nuevas tecnologías para conseguir una relación directa de las empresas y los profesionales con Hacienda en las gestiones fiscales». Se trata de un programa informático que permite enviar directamente a Hacienda las facturas.

Las ventajas de este sistema, según Esnaola, son la garantía que supone para los usuarios que su transacción sea declarada por la empresa, lo que también es un valor añadido para ésta; su carácter voluntario; y el compromiso a que siempre que se haga una venta se extenderá una factura. Esta iniciativa comenzará en julio con un experiencia piloto con 50 taxistas. Luego, en enero de 2015, se extenderá al resto de los profesionales del gremio de Gipuzkoa.