Natxo MATXIN
Mundial | Argentina - Suiza

Los albicelestes nunca han perdido frente a los suizos

Dependiendo o no de Messi, Argentina se asoma al momento de hacer valer su condición de favorito frente a Suiza -18.00, estado Corinthians- para alcanzar unos cuartos que lleva sin superar desde hace casi un cuarto de siglo. Bastante más tiempo llevan los helvéticos -desde que fueran anfitriones en 1954- sin traspasar la barrera de octavos y a priori van a tenerlo muy difícil ante una Albiceleste que va de menos a más, pero que a nivel de conjunto no ha terminado de explotar.

Pese a que ayer ya se le vio corretear, el técnico del cuadro sudamericano, Alejandro Sabella, deberá buscar una solución a la más que segura baja de Agüero. El candidato que tiene todos los boletos para reemplazarle es el delantero del PSG Ezequiel Lavezzi y lo que está por conocer es su posición sobre el campo, si formará tripleta atacante con Messi e Higuaín o se le exigirá apoyo al medio campo y una mayor aportación defensiva.

Por el lado suizo, pocas dudas sobrevuelan sobre su once, ya que el preparador germano Ottmar Hitzfeld repetirá el equipo que goleó a Honduras, con Shaqiri como estrella emergente tras conseguir un hat-trick con goles de gran belleza. La estadística juega en contra de los centroeuropeos, que nunca han conseguido derrotar a Argentina, ni en partido oficial ni en encuentro amistoso.

Solo hay un antecedente de tipo mundialista y fue en la cita de Inglaterra 1966, cuando los albicelestes se impusieron en el estadio Hillsborough a los suizos por 2-0 -goles de Artime y Onega- en la fase de grupos. El más reciente enfrentamiento entre ambas escuadras tuvo carácter amistoso y se disputó el 29 de febrero de 2012 en Berna, donde Messi volvió a dejar patente su olfato goleador -anotó tres dianas-, mientras que Shaqiri marcó el tanto del honor en el descuento.

Del rendimiento de ambas estrellas puede depender gran parte de la suerte de sendos conjuntos. Si cualquiera de los dos tiene el día entonado, puede ser todo un quebradero de cabeza para la defensa y portero rivales, con la ventaja para el rosarinho de ser mucho más desequilibrante que el nacido en Serbia, de origen albanés y nacionalizado suizo. Los argentinos contarán en las gradas con el apoyo de 10.000 aficionados -30.000 más estarán por las calles de Sao Paulo-, pero los helvéticos tendrán el ánimo de los hinchas locales por la eterna rivalidad transfronteriza.