Raimundo Fitero
DE REOJO

Sentenciosos


Uno comete errores de bulto que quedan sujetos al albedrío de quienes conocen del asunto. Y es que la costumbre del duopolio por competir siempre en estéreo y con programas similares me llevó a confundir alguna sección de «Cazamariposas», como si fuera de «Todo va bien». Bueno no es importante, pero es para indicar la confusión en la que puede entrar un ser frente al televisor con un mando a distancia con pilas y una ansiedad por sentirse tratado como un buen cliente, una compañía necesaria o un recipiente de mensajes cifrados. Nos volvemos sentenciosos.

El empacho lo tenemos hoy con algunas resoluciones judiciales. Desde la nueva muestra de su incapacidad para separarse del ministerio del Interior del Tribunal Constitucional español, insistiendo en la sentencia política abusiva y antidemocrática sobre Arnaldo Otegi y compañeros, que nos vuelve a situar ante la realidad de unos aparatos de un estado vengativo, que interviene de manera descarada para castigar los movimientos políticos que considera no adecuados para sus intereses. Y esta sentencia es aborrecible. Porque saben que en cuanto vayan al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo les darán la razón a quienes la tienen, es decir a quienes contribuyeron directamente a lograr el estado actual de falta de violencia armada por una de las partes del conflicto. Y les pagan con cárcel totalitaria.

Pero en otras instancias se suceden sentencias en cascada. El Supremo va contra la Audiencia Nacional y Gallardón y dice que a los narcotraficantes se les puede enjuiciar universalmente, por lo que de nuevo el ridículo, cursar órdenes de detención contra los que acaban de sacar a la calle con una sospechosa urgencia. Que mal huele esto. En otros considerandos al señor que tanto le tocaba la lotería en Castellón, el cacique Carlos Fabra, le sentencian a cuatro años de talego. Pide indulto, claro está, para retrasar ingreso. Pero hay sentencia en firme, y reafirmada, y nadie mueve un pelo del bigote. En Mallorca, Jaume Matas, expresidente de la comunidad y exministro de Aznar, está en las puertas del penal esperando que le asignen celda. Todos, por robar, no por hacer política. Marca España a tope.