La sección de Economía de la web británica BBC publicaba un reportaje esta semana muy elogioso con el potencial económico, geoestratégico y cultural de Iruñea. Algunos medios lo han vendido como un éxito local, buscando titulares muy pomposos, como «Pamplona, en el punto de mira de la sección de economía de la BBC» y entresacando las frases más interesantes del mismo, que incluso le hacen parecer un texto serio. Sin embargo, el artículo en sí es un publirreportaje organizado por el Ayuntamiento y, además, un auténtico bodrio.

Firma el artículo Ramsey Qubein, que llegó a Iruñea en un viaje a gastos pagados por parte del Consistorio, junto con otros periodistas el pasado día 8 de julio. El propio Ayuntamiento calificó su visita de Ramsey como un «press trip» (un viaje organizado para la prensa) cuyo objetivo era «promocionar Pamplona como destino turístico con un punto de vista más acorde al interés de la ciudad». También se prometía, en una información pública relativa a la visita, que la invitación a Qubein serviría para difundir los sanfermines «más allá de los estereotipos». Las encargadas de desmontar los tópicos sanfermineros al periodista extranjero -especializado en este tipo de reportajes y que suele trabajar para los hoteles Marriot, los socios de Antonio Catalán- fueron la directora de Turismo, Silvia Azpilicueta, y la concejala del ramo, María Caballero. Sin embargo, algo debió de fallar, porque Qubein enlazó todos los tópicos, uno tras otro.

La evidente comicidad del texto se aprecia desde el arranque. La primera persona que aparece en su reportaje es un tal Marco Aguas, ejecutivo de la industria alimenticia Winterbotham Darby, con sede en Redhill, Inglaterra. Según parece, el principal enlace entre Winterbotham y la capital navarra es que esta empresa comercializa la marca «chorizo Pamplona» entre otras variedades de embutidos. «Para mí no es toros Pamplona, es negocio», le confiesa Aguas a Qubein con toda sinceridad.

El artículo no dejaría de pasar al anecdotario de escritos curiosos de periodistas extranjeros sobre los sanfermines y la ciudad, si no aparecieran en él también publicidades a determinadas empresas privadas a costa del «press trip» pagado por el Ayuntamiento. La aparición de los hoteles AC by Marriott era de esperar, sin embargo, resulta más que cuestionable que promocione como «turismo sanitario» la Clínica Universitaria del Opus Dei, de la que se dice abiertamente que tiene «un alto nivel de atención a un precio asequible».

El flamenco, el wi-fi y el aeropuerto

El reportaje intenta potenciar áreas y espacios de Iruñea en los que solo cree UPN. Mientras que el euskara no se menciona ni por asomo, el publirreportaje destaca que el Baluarte es un maravilloso espacio de congresos «que ofrece conexión wi-fi» y donde se celebran eventos de gran importancia como un campeonato europeo de construcción con Lego y su consiguiente exposición. Y, por supuesto, que en agosto acogerá el «Festival Internacional del Flamenco». Se entiende que el plumilla se refiere el festival Flamenco on Fire, con el el que el Ayuntamiento recordará el centenario del nacimiento del guitarrista Sabicas, que salió por piernas de la ciudad en cuanto fue tomada por Mola en 1936 largándose a América. Poco antes de sanfermines, el alcalde, Enrique Maya, aseguró que Iruñea se va a convertir «en la capital mundial del flamenco este año» y parece que ahora no merece la pena explicar al estadounidense que el flamenco, donde triunfa es casi mil kilómetros hacia el Sur. Más cerca de Iruñea está la «Green Capital» europea, Gasteiz, pero el reportaje lleva a confusión, porque sostiene que «Pamplona es la ciudad más verde de España».

También resulta hilarante el modo en el que Qubein refleja las maravillas del aeropuerto de Noain. En los últimos siete años, ha perdido el 70% de sus viajeros. Actualmente, solo funciona una línea Iruñea-Madrid de la empresa Vueling, que el año pasado anuló su ruta para conectar la capital navarra con Barcelona. Sin embargo, para el autor del artículo «Pamplona, detrás de los toros», es otro de los grandes aciertos de la ciudad. «El aeropuerto de la ciudad es bastante pequeño lo que hace sencillo de emplear» explica Qubain, que destaca que está a solo cinco kilómetros de la ciudad y cita erróneamente que la conexión con Barcelona sigue activa.

En definitiva, aparecer en la BBC puede ser buena propaganda, si se hace bien. Lamentablemente, el artículo era propaganda y la economía Iruindarra, como los vuelos entre Iruñea y Barcelona, sigue sin despegar.