Agustín GOIKOETXEA BILBO

Médicos alertan del «riesgo real de muerte» del preso Ibon Iparragirre

Miren Arana, médica de confianza de Ibon Iparragirre, advirtió ayer en rueda de prensa en Bilbo que existe «riesgo real de muerte» del preso de Ondarroa, al que el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis de Castro, ha negado la aplicación del artículo 100.2. La propia madre del prisionero, Angelita Burgoa, confesó que la familia «tiene miedo a que muera en prisión. Está muy grave y estamos sufriendo mucho».

La familia de Ibon Iparragirre no oculta su preocupación por el deterioro físico y sicológico del preso de Ondarroa, enfermo de sida en una fase avanzada con secuelas de índole neurológico que afectan a su conducta. De ahí que la denegación de la prisión atenuada por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, no haya hecho sino acrecentar el temor a un desenlace fatal. «Tengo miedo a que muera en prisión, solo y sin compañeros», afirmó su madre.

Miren Arana, su médica de confianza e integrante de la asociación Jaiki Hadi, manifestó que, teniendo en cuenta la gravedad de la enfermedad, su estancia en Navalcarnero -donde se encuentra aislado en el enfermería- no hace sino empeorar su estado. Explicó que Iparragirre padece sida en estado 3C, una fase avanzada de la enfermedad, que le está afectando gravemente tanto a nivel neurológico como cognitivo.

Presenta, desveló la doctora, leucopatía de la que se derivan crisis convulsivas y demencia. Ese cuadro de demencia, añadió, produce un trastorno en su conducta «de rango sicótico», que le impide una relación normal con su entorno, «con gran riesgo de conflicto ante interpretaciones y fabulaciones paranoides de las normas y órdenes que se le dan en la cárcel».

La componente de la asociación de profesionales de la sanidad que velan por la salud de presas y presos enfatizó de que «existe un riesgo real de empeoramiento de los síntomas y, por ende de la enfermedad». Al estar aislado en la enfermería, precisó Arana, «no hace más que agravar su situación». La mejor solución, en opinión de los facultativos, es que el prisionero se encuentre en «un entorno afectivo y familiar cercano».

A pesar de ese cuadro clínico, el juez Castro dictó una resolución en la que rechaza la aplicación del artículo 100.2. Angelita Burgoa confesó que no esperaban una resolución en este sentido y ahora aguardan a que el mismo juez resuelva un recurso de reforma y acepte la excarcelación para su hijo enfermo.

La letrada Ane Ituiño indicó que entiende que al estar fundamentada la enfermedad grave e incurable no tiene cabida interpretación alguna. La abogada del preso remarcó que el juez no ha tenido en cuenta que Iparragirre no puede desarrollar una vida normalizada en la cárcel por los problemas neurológicos derivadas del sida. Ituiño subrayó que el «principio de humanidad» debe regir cualquier interpretación y no otros.

Ibai Bilbao, en nombre de Etxerat, denunció que la situación de diez presos enfermos -entre ellos, Iparragirre- es muy grave «y su salud, lejos de mejorar, empeora cada día». En el caso del ondarroarra, señaló que la resolución del juez José Luis de Castro ha sido una decisión política. «Una decisión política de condena a muerte», alertó, apostillando que «Ibon está gravemente enfermo y debe ser puesto en libertar; por razones humanitarias».

Bilbao manifestó que está claro que si los presos enfermos no son liberados es «porque existe una decisión política que lo impide. Que su estado de salud o la legalidad vigente que observa su liberación -puntualizó- no tiene nada que ver».

Etxerat también efectuó una valoración de urgencia, a la espera de una reunión con la Secretaría de Paz y Convivencia, sobre el programa Hitzeman, al que consideran que es «una mera manifestación de intenciones, más que algo efectivo», ya que el Ejecutivo autonómico carece de competencia respecto a los «itinerarios de excarcelación» de presos.

Hitzeman, ineficaz

Etxerat cree que el programa Hitzeman, que se centra en ofrecer a los presos iniciativas de «resocialización», es «ineficaz» al partir de «una lectura errónea» porque los presos políticos lo son a raíz de un conflicto político y, si no se resuelve, «no habrá solución duradera o efectiva».

Concentraciones en defensa de los derechos de los presos

Las concentraciones en defensa de los derechos humanos de los presos y presas vascas se repitieron ayer en Antzuola (25), Lekeitio (105), Getaria (41), Mundaka (20), Bergara (54), Lizarra (38), Zarautz (185), Ugao (43), Mutriku (65), Legorreta (21), Lazkao (75), Lizartza (32), Asparrena (30), Algorta (94), Arbizu (87), Zizur (31), Hernani (250), Etxarri Aranatz (105), Lezo (19), Oñati (75), Deba (50), Andoain (56), Barañain (42), Iruñea (250), Zornotza (91), Agurain (64), Ondarroa (201), Gatika (12), Donosti (171), Bera (20) y Orereta (200). El jueves también hubo concentraciones en apoyo a los represaliados en Burlata (79), Eibar (80), Arrosadia (20), Donibane (44), Txantrea (52) e Iturrama (49). GARA