La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial de Lakua, Ana Oregi, pidió «mayor compromiso» de los Gobiernos español y francés en la planificación y aportación económica «seria y detallada» para el TAV.

Oregi participó ayer, junto al director de Alta Velocidad de la Unión Internacional de Ferrocarriles, Iñaki Barrón, y el presidente del grupo de Alta Velocidad de UCI, Michel Lebouef, en la apertura de las jornadas de trabajo que 50 componentes de los Comités Científico y Técnico de la Unión Internationale de Chemins de Fer desarrollan en Bilbo para preparar el Congreso Mundial que en julio desarrollarán en Tokio. En este foro, que se celebrará hasta mañana, las principales compañías hablarán de desarrollos, homologaciones y proyectos ferroviarios.

Entre los directivos, figuran representantes de China, Japón, Alemania, estados francés y español, AEB, Polonia, Italia, Noruega, Corea, Finlandia y Gran Bretaña. El lehendakari, Iñigo Urkullu, los recibirá hoy a las 16.00 en Lehendakaritza.

23.000 kilómetros en el mundo

Según datos aportados en la jornada, en el mundo existen 23.000 kilómetros de líneas de alta velocidad y, actualmente, se construyen 13.000 kilómetros de nuevos trazados con unas inversiones cercanas a los 260 mil millones de euros. En estos momentos, se fabrican 1.000 trenes de alta velocidad que servirán para multiplicar los 1.300 millones de personas viajeras que anualmente utilizan este tren. China, Japón y el Estado francés están a la cabeza del uso de este medio de transporte.

A la par de las jornadas, AHT Gelditu Elkarlana ha convocado una concentración para mañana «para denunciar el TAV y los proyectos destructivos promovidos por el Gobierno Vasco» ante el Kursaal de Donostia, donde se celebrará el acto titulado «25 años de sostenibilidad» organizado por Lakua, con la participación del lehendakari y la consejera Ana Oregi.

El objetivo de la movilización es denunciar «el carácter propagandístico» del evento. «Cuando se cumplen justamente 25 años desde que el Gobierno vasco tomara la decisión de construir el TAV, se pretenden ocultar a la población los graves impactos ecológicos, sociales y económicos provocados a lo largo de todos estos últimos años por el desarrollo de este macro-proyecto», remarca la plataforma.